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Mitos y realidades acerca del sobrepeso y la obesidad

Mitos y realidades acerca del sobrepeso y la obesidad

Mito: Los amigos obesos inducen a imitar sus hábitos de alimentación y estilo de vida sedentario.
Realidad: Lo que se debe imitar es lo bueno. Mejor hacer que ellos imiten sus buenos hábitos y su estilo disciplinado de vida.

Mito: El ejericio hace comer más así que lo que bajo por un lado, lo aumento por el otro.
Realidad: Inmediatamente terminado el ejercicio no se siente hambre debido a las endorfinas producidas por el mismo. Lo que se debe hacer es limitar lo que se consuma después. Son indiscutibles los beneficios del ejercicio para estimular el gasto energético y reducir riesgos de enfermedades circulatorias.

Mito: El uso de hormonas tiroideas baja el peso.
Realidad: Las hormonas tiroideas bajan poco el peso y lo hacen a expensas de la reducción de masa muscular no de reducción de tejido adiposo. Esto trae consecuencias negativas en personas sanas, a las cuales les puede generar hipertiroidismo. Además la deficiencia de hormona tiroidea es un factor del sobrepeso y la obesidad, en pacientes con alteraciones tiroideas, pero no es la causa .

Mito: Los tratamientos y la cirugía curan la obesidad.
Realidad: La obesidad no se cura; una vez instaurada es un padecimiento crónico; solo se controla y se mejora y para ello se requiere educación, disciplina y mantenimiento continuado toda la vida.

Mito: Peso ideal es el saludable.
Realidad: El peso ideal como tal no existe. El peso ideal es aquel en el cual el individuo se siente y luce bien, cómodo y sin afectación de su salud.

Mito: La obesidad es más peligrosa que el tabaco y el alcohol.
Realidad: Cierto, ya que genera más complicaciones graves e incapacitantes.

Mito:Comer menos veces y en menor cantidad adelgaza.
Realidad: Debido a que las causas de la obesidad son múltiples, no es estrictamente cierto. Lo ideal es comer varias veces pequeñas cantidades durante el día, para estimular el metabolismo a quemar calorías.

Mito: La obesidad se produce por comer demasiado.
Realidad: No es la única razón ya que existen también causas genéticas, ambientales y endocrinas.

Mito: El niño obeso es el niño saludable.
Realidad: Los malos hábitos alimenticios se forman a temprana edad, por lo cual la obesidad en el niño es causal de serios problemas de salud futuros. Hay que enseñarle buenos hábitos desde la niñez.

Mito: Los nuevos productos anti obesidad pueden ser adquiridos libremente ya que no tienen riesgos.
Realidad: Todo producto para el control y tratamiento del sobrepeso y la obesidad debe ser prescrito por un médico especialista ya que debido a las diferentes causas de la obesidad y las diferentes acciones de los productos, pueden generar problemas mayores e incluso causar la muerte.

Mito: Si no se consume azúcares no se produce diabetes.
Realidad: No es cierto, ya que si hay sobrepeso, existe siempre riesgo de producirse la diabetes, debido a que se reduce la acción de la insulina y por lo tanto se elevan los niveles de glucosa en sangre.

Prácticas alimentarias y recomendación de consumo alimentario en la infancia

Prácticas alimentarias y recomendación de consumo alimentario en la infancia

Los hábitos alimentarios ejercen una gran influencia sobre la salud. En la infancia, la alimentación debe ser adecuada en cuanto a cantidad y calidad, suministrando todos los nutrientes necesarios, y una vez que las necesidades nutricionales están cubiertas, se garantiza el crecimiento y el desarrollo saludable (2) (3).
Los estudios sugieren que los patrones de ingesta dietética durante esta fase de la vida pueden predecir la incidencia de enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT) en la edad adulta (1) (7).

En este sentido, la familia y la escuela se constituyen como los ambientes favorables para la adquisición de prácticas alimentarias saludables, donde se deben ofrecer comidas balanceadas, colaborando con la formación de buenos hábitos alimentarios y calidad de vida (2) (3) (14).
Molina y otros (2010) (? desarrollaron un índice de calidad de alimentación, y analizaron los factores socioeconómicos asociados a la baja calidad de alimentación entre los niños de 7 a 10 años.

Aproximadamente el 41% de los niños estudiados poseían una alimentación de baja calidad. De esta manera, el conocimiento sobre la calidad de alimentación de los niños y sus factores asociados son de especial importancia para subsidiar acciones de promoción de una vida saludable, tanto para los padres y familiares, como para los niños (? (11) (12).

La necesidad energética de niños y niñas entre 3 y 6 años de edad varía de 70 a 80 kcal/kg de peso por día. La cantidad de carbohidratos aconsejada es de 130g/día, ya que la necesidad proteica ideal es de 0,95g/kg de peso por día (9). El porcentaje de grasa se encuentra entre el 30 y el 35% del valor energético total ingerido por día, siempre incluyendo en la dieta los ácidos grasos poliinsaturados Omega-3 (0,9g/día) y Omega 6 (10g/día) (15).
En relación con los macronutrientes, también se utilizan los intervalos de distribución aceptables (AMDRs- acceptable macronutrient distribution range) que apuntan a la reducción del riesgo de ECNT. Se considera una distribución adecuada cuando el consumo de proteínas, carbohidratos y lípidos se encuentran entre los intervalos de 15 a 20%, 45 a 65% y 30 a 35%, respectivamente (5).

La calidad de la proteína es de suma importancia, principalmente como fuente de oligoelementos como el hierro y el zinc. Por lo tanto, existe la necesidad de ingesta diaria de proteína animal y vegetal, como forma de suprimir las necesidades del niño5. Una opción saludable y versátil es la introducción de la soja y de los alimentos elaborados con soja (grano, tofu, proteína texturizada y alimento de soja líquido), en diversas ocasiones del día, como en el desayuno, meriendas y comidas principales.

Cuando se compara con otros alimentos de origen vegetal, la soja representa calidad proteica superior y óptimo equilibrio de aminoácidos esenciales, siendo actualmente el único vegetal que presenta una proteína completa, con calidad equivalente a la proteína patrón de referencia (4) (13) (16).
En relación a la calidad de la grasa ingerida, se debe controlar, favoreciendo el consumo adecuado de grasas totales (hasta 30% del Valor Energético Total ? VET ? diario), saturadas (menor que el 10% del VET) y trans (hasta 1% del VET) (6).

Se recomienda que los padres se acostumbren a leer e interpretar los rótulos de los alimentos industrializados, siendo capaces de evaluar el consumo de grasa por porción de alimento consumido. La ingesta excesiva de grasa total, saturada y trans es considerada un factor de riesgo para el desarrollo de dislipidemia en la infancia, y enfermedades cardiovasculares de adulto. Por lo tanto, se recomienda que los ácidos grasos saturados y trans sean substituidos por grasas mono y poliinsaturadas como: pescados, oleaginosas, aceites vegetales y productos elaborados a partir de estos aceites.

Los micronutrientes son importantes para el crecimiento y desarrollo adecuado, ya que la falta de los mismos puede perjudicar la velocidad de crecimiento (hierro, zinc, calcio), además de acarrear dificultades de aprendizaje (hierro), comprometiendo el sistema inmunológico (hierro, zinc, vitamina A y C) y de la matriz ósea (calcio).

Independientemente del estado de salud del niño, se deben suministrar todos los nutrientes necesarios para que no haya problemas en su crecimiento y desarrollo (9) (10). Por lo tanto, se deben calcular y orientar la cantidad de Energía y nutrientes por medio de un profesional del sector de la salud, colaborando con la calidad de vida durante la infancia y otras etapas de la vida.

Referencias:

1. Aboderin I e col. Life course perspectives on coronary heart disease, stroke and diabetes: key issues and implications for policy and research. Geneva: World Health Organization, 2001.
2. Abranches MV. Assessment of diet adequacy at public and private daycare centers within the national program of school feeding. Nutrire Rev. Soc. Bras. Aliment. Nutr. 2009; 34(2): 43-57.
3. Domene SMA. The school as environment to promote the health and nutritional education. Psicol. USP. 2008, 19(4): 505-517.
4. Empresa Brasileira de Pesquisa Agropecuaria - Centro Nacional de Pesquisa de Soja / Embrapa Soja. A cultura da soja no Brasil, CD-Rom, 2000.
5. Institute of Medicine, (IOM). Dietary Reference Intakes for Energy, Carbohydrate, Fiber, Fat, Protein and Amino Acids (macronutrients).Washington, D.C., National Academy Press. 2002, p.1357.
6. Lichtenstein AH e col. Diet and lifestyle recommendations revision 2006. A scientific statement from the American Heart Association Nutrition Committee. Circulation. 2006, 114 (1):82-96.
7. Mikkilä V, Räsänen L, Raitakari OT, Pietinen P, Viikari J. Longitudinal changes in diet from childhood into adulthood with respect to risk of cardiovascular diseases: the Cardiovascular Risk in Young Finns Study. Eur J Clin Nutr. 2004, 58(7): 1038-45.
8. Molina MCB e col. Preditores socioeconômicos da qualidade da alimentação de crianças. Rev. Saúde Pública. 2010, vol.44, n.5, 785-732.
9. Monteiro CA, Szarfarc SC, Mondini L. Secular trends in childohood in the city of São Paulo, Brazil (1984-1996). Rev Saúde Pública. 2000, 34(6 suppl): S62-72.
10. Oliveira RS e col. Magnitude, geographic distribuition and trends of anemia in preschoolers, Brazil. Rev Saúde Pública. 2002; 36: 26-32.
11. Osorio EJ, Weisstaub NG, Castillo DC. Desarrollo de conducta alimentaria en la infancia y sus alteraciones. Rev Chil Nutr. 2002, 29(3): 280-85.
12. Philippi ST, Colucci AC, Cruz AT, Ferreira MN, Coutinho RL. Alimentação saudável na infância e na adolescência. In: Curso de atualização em alimentação e nutrição para professores da rede pública de ensino. Piracicaba: Escola Superior de Agricultura Luiz de Queiroz, 2000. 46-60.
13. Protein Quality Evaluation, Report of the joint FAO/WHO Expert Consultation. Rome: FAO Food and Nutrition paper n° 51, 1991.
14. Rinaldi AEM e col. Contribuições das práticas alimentares e inatividade física para o excesso de peso infantil. Rev. paul. pediatr. 2008;26(3): 271-277.
15. Uauy R, Castillo C. Lipid requirements of infants: implications for nutrient composition of fortified complementary foods. J Nutr. 2003, 133(9): 2962S-72S.
16. Young. Soy protein in relation to human protein and aminoacid nutrition, J. Am. Diet. Assoc. 1991, 91:828-35.

Tiene algún efecto en tu peso el horario en el que comes?

Tiene algún efecto en tu peso el horario en el que comes?

¿Alguna vez te has preguntado si el horario en el que comes puede afectar tu peso? Si tu respuesta es no, tal vez sea el momento de comenzar a hacerlo, pues una investigación española ha encontrado que almorzar tarde podría hacer más difícil la pérdida de peso. Sigue leyendo y descubre más detalles.
¿Eres de los que prefiere almorzar temprano y abundante o de los que comen poco al mediodía y tienen la cena por comida principal? Las costumbres alimenticias son distintas en cada cultura y cambian de una persona a otra. Lo mismo ocurre con el horario en el que comemos: hay quienes siempre lo hacen a la misma hora y los que lo hacen cuando pueden. Pero, ¿es lo mismo comer a una hora u otra? Especialmente la pregunta es cuando queremos perder peso.

Una investigación reciente que ha sido publicada en la revista International Journal of Obesity, indica que almorzar temprano ayudaría a las personas obesas que desean bajar de peso. Por el contrario, las personas que almuerzan después de las tres de la tarde, podrían obtener peores resultados a la hora de hacer dieta.

Para llegar a estos hallazgos, unos científicos españoles analizaron a 420 adultos obesos o con sobrepeso, que participaron en un programa de cinco meses para perder peso, acompañado por sesiones de terapia de grupo con asesoramiento sobre nutrición y ejercicios, que además midieron y registraron datos acerca de la dieta, el peso y la actividad física.

Por ejemplo, a los participantes se les pidió que consumieran una dieta mediterránea tradicional, que incluye bastante pescado, aceite de oliva, verduras y granos integrales, pero poca carne roja y mantequilla, pero no les dijeron nada sobre el horario de sus comidas.

Al finalizar el programa, los investigadores encontraron que los que comían el almuerzo tarde perdieron alrededor de 25 por ciento menos peso que los que usualmente almorzaban antes de las 3 de la tarde.

En detalle, la mitad del grupo que usualmente almorzaba después de las tres de la tarde perdió casi 8 kilos (17 libras) en promedio, mientas que los que lo hacían antes perdieron alrededor de 10 kilos. Por el contrario, no hubo evidencia de que el momento en que los participantes tomaban el desayuno o la cena afectara su pérdida de peso.

Si bien no se sabe con certeza por qué un almuerzo tardío podría relacionarse con una pérdida de peso más lenta, una posibilidad es que al menos algunos de los que comen el almuerzo tarde esperan demasiado tiempo entre comidas, lo que podría tener efectos sobre el metabolismo. Por ejemplo, el grupo que comía el almuerzo tarde tenía más probabilidades de comer un desayuno ligero o de no desayunar en absoluto.

De todos modos, hay que tener en cuenta que este estudio ha sido desarrollado con personas que residen en España, donde el almuerzo es la comida principal. Por eso, se desconoce si estos resultados también se aplicarían en otros lugares como en los Estados Unidos, por ejemplo, en donde para la mayoría de las personas, la cena es su comida principal.

Lo que sí parece quedar demostrado es que el horario en el que se come es importante para mantener un plan alimenticio saludable, entre otras cosas, aunque aún faltan más datos para conocer si produce efectos diferentes cuando se busca la pérdida de peso.

Y tú ¿a que hora tomas tu almuerzo? Si quieres seguir un plan alimenticio saludable para bajar de peso, especialmente si estás teniendo dificultad para lograrlo, considera consultar con un dietista certificado o con tu médico para que te indique que es lo más apropiado para ti.

Qué medidas puedo tomar para promover un embarazo saludable teniendo sobrepeso

Qué medidas puedo tomar para promover un embarazo saludable teniendo sobrepeso

Puedes limitar la repercusión de tener un índice de masa corporal alto y ayudar a garantizar tu salud y la de tu bebé. Por ejemplo:

Programa una cita previa a la concepción. Si tienes un índice de masa corporal de 30 o más y estás considerando quedar embarazada, habla con tu proveedor de atención médica. Puede recomendarte una vitamina prenatal diaria y remitirte a otros proveedores de atención médica, como un dietista matriculado, que pueden ayudarte a alcanzar un peso saludable antes del embarazo.
Busca atención médica prenatal regular. Las consultas prenatales pueden ayudar a que el proveedor de atención médica controle tu salud y la salud de tu bebé. Informa al proveedor de atención médica sobre cualquier afección médica que tengas, como diabetes, presión arterial alta o apnea del sueño, y conversa sobre lo que puedes hacer para controlarla.
Sigue una dieta saludable. Trabaja con el proveedor de atención médica o el dietista matriculado para mantener una dieta sana y evitar un aumento de peso excesivo. Ten en cuenta que durante el embarazo necesitarás más ácido fólico, proteínas, calcio, hierro y otros nutrientes esenciales.
Haz actividad física. Consulta al proveedor de atención médica sobre maneras seguras en que puedes mantenerte activa físicamente durante el embarazo, como caminar, nadar o hacer ejercicios aeróbicos de bajo impacto.
Evita las sustancias riesgosas. Si fumas, pídele ayuda a tu proveedor de atención médica para dejar de fumar. El alcohol y las drogas ilegales también están prohibidos. Obtén la aprobación de tu proveedor de atención médica antes de empezar a tomar cualquier medicamento o suplemento, o de suspenderlos.
Tener un índice de masa corporal alto de 30 o más durante el embarazo puede aumentar el riesgo de complicaciones para ti y tu bebé. Trabajar con tu proveedor de atención médica puede ayudarte a controlar los riesgos y promover un embarazo saludable.