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Guía alimentaria de la dieta normal posoperatoria

Guía alimentaria de la dieta normal posoperatoria

Los pacientes deben aprender a seleccionar aquellos alimentos que mejor pueden soportar así como a prepararlos de manera adecuada para que su
nuevo estómago pueda tolerar mejor la ingestión de los mismos.

• Bebidas: se permiten todas las bebidas acalóricas (agua, refrescos sin azúcar, infusiones, caldos desgrasados, gelatinas light). La leche y zumos naturales de frutas deben reservarse para las especificaciones de la dieta. Es mejor consumir la leche enriquecida en calcio y vitaminas A y D, ya que la deficiencia de estos micronutrientes es la norma tras la cirugía. Abusar de una dieta a base de líquidos calóricos no produce saciedad y, sin embargo, aporta excesivas calorías que pueden contrarrestar la pérdida de peso.

• Cereales: el pan se tolera mejor si está previamente tostado (indica que está predigerido). Si se compran biscotes o craquers, se deben mirar las etiquetas, porque algunas variedades contienen cantidades extra de grasas. Seleccionar los cereales de desayuno de la gama “sin azúcar” y bajos en grasa. Atención con la ingestión de cereales ricos en fibra, por la sensación de plenitud gástrica. En cuanto a la pasta o el arroz, debido a su alto poder energético debe restringirse su consumo a una vez a la semana y raciones pequeñas, tipo guarnición.

• Verduras: Las verduras en ensalada, crudas, suelen tolerarse peor al principio debido al contenido de celulosa y lignina de las paredes celulares. Por ello, se recomienda comenzar con verduras cocidas solas o en puré (mejor verduras tipo raíces: patata, zanahorias, nabos, puerros…). En verano, un gazpacho ligero de pan y aceite puede ser una forma interesante de aportar vitaminas antioxidantes. A medida que pasan los meses, muchos pacientes toleran ensaladas, pero deben recordar realizar una masticación cuidadosa.

• Legumbres: debe controlarse su ingesta por su elevado valor calórico, pero sin embargo es una buena fuente de proteínas y de fibra. Preparadas de manera sencilla y en cantidad controlada, pueden ser perfectamente toleradas por muchos pacientes. Otra opción es elaborar sopas o purés de legumbres.

• Frutas: la tolerancia a las frutas es individual. La piel blanca y la circundante de los gajos de los cítricos (naranjas, mandarinas, pomelos) o los hollejos de las uvas hay que retirarlos previamente, porque pueden ocasionar oclusión del estoma y producir vómitos. En cualquier caso hay que asegurase de retirar previamente la piel, semillas, huesos, masticando bien el alimento. Siempre que se pueda es mejor consumir la fruta fresca que en zumo, ya que aporta más fibra y produce una sensación mayor de saciedad. Otra forma interesante y bien tolerada de consumir fruta es cocinarla: manzanas o peras asadas, melocotón en almíbar (escurridos), peras en su jugo, macedonia de frutas.

• Carnes: las carnes blancas (aves) son mejor toleradas que las carnes rojas, que son más fibrosas. Las carnes magras aportan una importante cantidad de proteínas (20-25 g/100 gramos) de alta calidad biológica, pero a muchos pacientes les cuesta ingerirlas. Realmente, deben aprender a cortar la carne en trozos muy pequeños, de 1 cm aproximadamente, y masticarlos bien y despacio. Si no se tolera a la primera, esperar unas semanas y volver a intentarlo. Otras formas de administración pueden ser como carne picada (hamburguesas o filetes rusos, albóndigas, como relleno de verduras o acompañando a la pasta (croquetas, canelones).

• Embutidos: sólo están permitidos el jamón cocido o de pavo y el jamón serrano magro. Chorizo, salchichón, lomo, salchichas, etc., no son aconsejables por su alto contenido en grasa.

• Pescados: con preferencia se elegirán pescados blancos, que son mejor tolerados que la carne, siempre cocinados de forma sencilla al vapor, al microondas, hervidos, a la plancha, al horno o en papillote. El bonito al natural, desmenuzado en ensaladas, huevos rellenos, etc., es otra forma interesante de consumir pescado como fuente de proteínas. Si el pescado no se tolera bien, existen formas de introducirlo de manera “disimulada”, formando parte de los purés, croquetas, pudin o budín, canelones…

• Huevos: concretamente la clara es la que aporta la proteína; la yema proporciona grasa y es la que da sensación de plenitud. Huevos revueltos, pasados por agua o escalfados se toleran mejor que en forma de tortilla o huevos duros. Las claras de huevo cocidas se pueden añadir trituradas en el puré de verduras o ralladas en ensalada u otros guisos. Las claras pueden formar parte de platos como pudin o budín, souflés, merengues, mousses ligeros, batidos, etc., incorporando la posibilidad de incrementar la cantidad de proteínas.

• Lácteos: elegir yogures desnatados, quesos bajos en grasa, requesón (buena fuente de proteínas), batidos saborizados bajos en grasa. El queso curado rallado en pequeña cantidad es una manera de aportar una cantidad extra de proteínas y una manera de enriquecer los platos

Cirugía de revisión y corrección

Cirugía de revisión y corrección

Los pacientes que han experimentado complicaciones o efectos negativos como resultado de la cirugía de pérdida de peso pueden requerir procedimientos adicionales para corregir la operación original, llamados procedimientos de revisión de cirugía pérdida de peso.

Objetivos de la Revisión de Cirugía De Pérdida de Peso:
Corregir el problema que trae a un paciente bajo nuestro cuidado. Es común que nuestros pacientes hayan recibido su primera operación bariátrica de un cirujano diferente.
Hacer que la revisión de cirugía de pérdida de peso sea un procedimiento definitivo. Esto será discutido con cada tipo de procedimiento que revisemos.
Cumplir el objetivo principal del procedimiento quirúrgico de pérdida de peso: Mantener un peso que se encuentre dentro de un rango favorable y resolver las afecciones comórbidas del paciente.
Razones para la Revisión de Cirugía De Pérdida de Peso:
La cirugía bariátrica puede fallar metabólica y/o mecánicamente en el paciente. Los fallos mecánicos son causados cuando los cambios anatómicos realizados durante la cirugía bariátrica original no se mantienen.
Algunos Ejemplos incluyen:

La bolsa puede estirarse y volverse más grande
La salida de una bolsa gástrica puede aumentar de diámetro
Puede formarse una fístula gastrogástrica entre la bolsa gástrica y el estómago desviado
El intestino puede aumentar su capacidad de absorción más allá de lo que se esperaba
La restricción puede disminuir como resultado de un deslizamiento de la banda
Las comorbilidades también pueden permanecer después de la cirugía bariátrica. Estas generalmente están relacionadas con los factores que causan fallas metabólicas, ya que las comorbilidades están fuertemente asociadas con el metabolismo. Los casos que implican una resolución insatisfactoria de las comorbilidades requieren un enfoque similar al de los casos de fallo metabólico, que usualmente requieren la conversión del procedimiento bariátrico fallido a un tipo de cirugía bariátrica más metabólicamente activa.

Otras condiciones que llevarán a una revisión de cirugía.

Fallo de banda
Ampliación de la bolsa
Fallo de la manga
Fístula gastrogástrica
Recuperación de peso

Qué es el hábito?

Qué es el hábito?

El hábito es cualquier comportamiento aprendido (no es innato, no nacemos con ningún hábito) mediante la repetición, que se realiza de forma habitual y automática sin apenas pensar en ello. Es un elemento básico del aprendizaje humano. Según los científicos los hábitos, sean positivos o nocivos, se crean porque el cerebro siempre busca la forma de ahorrar esfuerzo, intenta modificar cualquier rutina en un hábito para ahorrar tiempo y energía. Esto tiene el beneficio de que un cerebro eficiente no necesita tanto espacio, por lo que la cabeza es más pequeña y el parto más fácil.
Asimismo al automatizar ciertas conductas su realización se hace rápida y certera, y al no tener que concentrarse en cómo caminar, respirar o comer, podemos destinar más tiempo y energía en otras cosas como experimentar e inventar. Si el organismo tuviera que responder a toda la cantidad de estímulos que se da en cualquier situación la conducta sería caótica, por lo que la habituación tiene un valor evolutivo al contribuir a la adaptabilidad del organismo, que responde a los estímulos que para él son más relevantes.

La repetición influye mucho y es una herramienta básica en psicología. En la década de 1950 se creía que se precisaban de 21 días para crear un hábito porque un célebre cirujano plástico, Maxwell Maltz, advirtió de que les llevaba ese tiempo a los pacientes operados acostumbrarse a su nueva apariencia. También vio que en los amputados el síndrome del miembro fantasma desaparecía a los 21 días. Más recientemente la mayoría de los expertos coincidían en que un hábito se creaba en 28 días, pero parece que suelen ser escasos para que las neuronas asimilen la mayoría de las costumbres. Esto se verificó con una investigación sobre el proceso de formación de un hábito que en 2009 hizo Phillippa Lally y su equipo en el University College de Londres.

El estudio titulado “Cómo se forman los hábitos: modelando la formación de hábitos en el mundo real”, publicado en la Revista Europea de Psicología Social, concluía que se requerían 66 días de promedio para crear un hábito que perdure en el tiempo. Se pidió a 96 universitarios que eligieran una conducta saludable y lo repitieran hasta crear un hábito. El tiempo para alcanzar el automatismo del nuevo comportamiento varió de 18 a 254 días.
Esta variación tan amplia se justifica porque varían la perseverancia y motivación de las personas y el hábito a conseguir. Por ejemplo, se comprobó que los hábitos relacionados con el ejercicio físico tardaban más en adquirirse que la costumbre de consumir una fruta al día. «Si repites algo cada día en la misma situación, se convierte en una reacción automática ante dicha situación», afirmaba Jane Wardle, coautora del estudio. Cuando se ha creado el hábito no hace falta pensar en el comportamiento seleccionado para repetirlo porque se ha hecho automático.
Aprendemos mediante la asociación y memorizamos mediante la repetición. Cuando hacemos algo desconocido o asimilamos un conocimiento nuevo nuestras neuronas se agrupan químicamente para comunicarse, creando nuevas conexiones entre ellas o sinapsis. Y si repetimos esa experiencia nueva a menudo (Ley de la repetición) esas conexiones neuronales se hacen cada vez más fuertes, hasta que las neuronas individuales terminan por liberar una sustancia química (unas moléculas llamadas neurotrofinas) para fijar esas conexiones, y el hábito estará adquirido. Los hábitos como atarse los zapatos, conducir o escribir a máquina son redes neuronales que se han hecho automáticas por la repetición física. Las neuronas se reorganizan continuamente según nuestros pensamientos y aprendizajes. Entonces podemos reestructurar (literalmente) nuestro cerebro simplemente cambiando nuestra forma de pensar o aprendiendo nuevas habilidades. Si decidimos elegir un nuevo hábito y estimulamos repetidamente las nuevas conexiones neuronales, estaremos creando una mentalidad distinta en nosotros, estaremos instaurando una nueva forma de pensar y de experimentar la realidad.

Cuál es el rol de la actividad física en la obesidad?

Cuál es el rol de la actividad física en la obesidad?

Si bien el ejercicio aislado es sólo mínimamente efectivo en pacientes obesos, parece ser fundamental para su mantenimiento y la salud cardiovascular.

Composición corporal
El ejercicio estimula la pérdida de grasa y el aumento de masa magra muscular, lo que puede afectar la cantidad absoluta de peso perdido. En contraste, cuando se pierde peso sólo mediante dieta, hasta el 30% de la pérdida puede deberse sólo a la pérdida de masa muscular.

Los resultados de estudios observacionales en miles de personas mostraron efectos beneficiosos de la actividad física sobre la distribución de la grasa corporal determinada por la circunferencia de la cintura (CC), relación cintura/cadera (RCC) y relación cintura/muslo. No obstante, los resultados de estudios controlados fueron ambiguos.

Beneficios para la salud
Existen numerosas pruebas observacionales que apoyan el hecho de que la actividad física regular puede reducir la mortalidad por todas las causas y, en particular, la mortalidad cardiovascular.
La pérdida de 5% o 10% del peso inicial puede producir mejorías sustanciales en los factores de riesgo de enfermedad CV y DBT y conducir a una reducción o interrupción de la medicación.

Entrenamiento de resistencia

La mayoría de los estudios sobre ejercicio para el manejo de la obesidad se han enfocado en el ejercicio aeróbico.

En los programas de entrenamiento con pesas combinado con restricción dietaria no se modifica la pérdida absoluta de peso, en comparación con la dieta sola o la dieta más ejercicio aeróbico. No obstante, el entrenamiento de resistencia tiene un favorable efecto sobre la composición corporal en sujetos obesos que pierden peso por restricción alimentaria. Se demostró que por cada 10 kg perdidos sólo con dieta, 25% corresponde a masa magra. Otro estudio mostró que esta pérdida de masa magra podría evitarse con el agregado de un programa combinado de ejercicio aeróbico y de entrenamiento de fuerza.
observaron una pérdida de masa grasa del 69% con dieta, del 78% con dieta y ejercicio aeróbico, y del 97% con dieta, ejercicio aeróbico y pesas. Los estudios aún no han demostrado que el aumento del porcentaje de masa magra prevenga la disminución de la tasa metabólica basal asociada con la pérdida de peso.

Los resultados iniciales de estudios sobre entrenamiento de resistencia y marcadores de riesgo CV sugieren que la mejoría de la glucemia y de los marcadores de la inflamación depende más de la pérdida de peso que del ejercicio en sí.
Prescripción del ejercicio

Los datos sobre ejercicio y mortalidad en individuos obesos sugieren que existe una relación entre el volumen de ejercicio y la mortalidad y que se requiere un gasto de energía semanal de al menos 4 200 kcal (30 minutos o 2 millas de caminata rápida 5 veces por semana) para producir una reducción significativa en la mortalidad. Existe una similar relación entre el volumen de ejercicio y la modificación de los factores de riesgo CV. No obstante, parece y requerir más ejercicio para perder peso y mantener la pérdida.