PRIMERA ETAPA: PRE QUIRURGICA
Pasos a seguir para consultar sobre la cirugía bariátrica:
Entrevista con el médico cirujano del equipo: se confecciona una detallada historia clínica, si el paciente es candidato al tratamiento quirúrgico, se deriva a los distintos especialistas para completar la evaluación.
Evaluación por especialistas en: clínica médica, nutrición, psicología, psiquiatría.
Eventual evaluación por otros especialistas si se considera necesario, en base a ciertas patologías asociadas que pueda presentar el paciente (ejemplo: endocrinología, hematología).
Solicitud de estudios complementarios: laboratorio completo, análisis de orina, electrocardiograma y evaluación cardiológica, radigrafía de tórax, espirometría, ecografía abdominal, endoscopía digestiva alta.
Se inicia la dieta de preparación prequirúrgica y se controlan los cambios de peso.
Cuando todo el equipo multidisciplinario considere que el paciente se encuentra apto para realizarse el procedimiento quirúrgico, el médico cirujano programa la cirugía.
SEGUNDA ETAPA: QUIRURGICA
Una vez programada la fecha quirúrgica, el paciente se interna ese mismo día por la mañana en el Sanatorio. Finalizada la cirugía, se traslada al paciente a una habitación común, y si se considera necesario, a la unidad de cuidados intensivos. En general el alta se otorga entre los 2 y 3 días.
TERCERA ETAPA: POST QUIRURGICA
Los controles se realizan principalmente con el equipo quirúrgico y la nutricionista.
La frecuencia de los controles es:
1 vez por semana el 1er mes.
1 vez cada 15 días el 2do mes.
1 vez por mes hasta el 6to mes postquirúrgico.
1 vez cada 2 meses hasta el año.
1 vez cada 6 meses durante el segundo año.
Luego, 1 vez por año.
Actualmente, una de las preocupaciones principales en materia de salud pública se refiere a la elección de alimentos que puede conllevar efectos adversos para la salud.
Comprender mejor los factores que determinan la elección de alimentos es primordial para llegar a cambiar la dieta de la población.
Dado que el comportamiento relativo a la alimentación es complejo, el presente informe introduce el amplio conjunto de factores que tienen una influencia probada en la elección de alimentos.
ELECCION DE ALIMENTOS
La elección de alimentos, como cualquier comportamiento humano complejo, está influida por muchos factores interrelacionados. Lo que nos lleva a comer o dejar de comer es, sin duda, el hambre y la saciedad, pero lo que elegimos comer no está determinado sólo por las necesidades nutricionales o fisiológicas.
Otros factores que condicionan nuestra elección son:
-Las propiedades organolépticas de los alimentos como el sabor, el olor o el aspecto
-los factores cognitivos, emocionales y sociales —lo que gusta y lo que no, el conocimiento y las actitudes relacionados con la salud y la dieta, y el contexto social o los hábitos— condicionan nuestra elección a la hora de comer. Valores personales, circunstancias vitales (como el hecho de estar casado o convivir con alguien), o habilidades (por ejemplo, saber cocinar), creencias (en asuntos como los productos orgánicos y los modificados genéticamente) y percepciones (como la supuesta incapacidad para llevar una dieta saludable) pueden ser especialmente importantes para algunos individuos
-los factores económicos, culturales y religiosos también restringen nuestra elección. La educación, el grupo étnico y la disponibilidad, la visibilidad o los precios de los productos desempeñan un papel relevante en nuestra elección.
Esta multitud de factores demuestra que “comer sano”, que es el objetivo de las campañas de salud pública, es sólo una de las muchas consideraciones que se tienen en cuenta a la hora de elegir los alimentos.
Actitud hacia los alimentos y propósito de cambio
En una encuesta paneuropea sobre actitudes del consumidor hacia los alimentos, la nutrición y la salud, se descubrió que las cinco influencias principales en la elección de alimentos en todos los Estados miembros europeos son “calidad/frescura” (74%), “precio” (43%), “sabor” (38%), “intención de comer sano” (32%) y “lo que mi familia quiere comer” (29%).
Éstas son cifras medias obtenidas al considerar el conjunto de los Estados miembros europeos; los resultados diferían de forma significativa de un país a otro. Las mujeres, las personas mayores y los individuos con mayor educación consideran que los aspectos relativos a la salud revisten una importancia especial. Los hombres seleccionaron con mayor frecuencia el “sabor” y el “hábito” como factores determinantes en su elección.
El “precio” parece ser el más importante para los desempleados y jubilados. En la misma encuesta, el 80% de los sujetos describió la alimentación sana (definida como el equilibrio y la variedad) de una manera que sugiere que los mensajes nutricionales están teniendo cierto impacto. Esto se ve reflejado en algunas mejoras de las tendencias alimenticias.
Sin embargo, entender la información nutricional o alimenticia no conduce necesariamente a pasar a la acción. Es preciso que haya una voluntad de cambiar realmente el comportamiento personal. No obstante, los europeos no parecen sentir la necesidad de alterar sus hábitos alimenticios: un 71% considera que su dieta ya es suficientemente sana.
Esto confirma que la alimentación sana o la nutrición no se tienen muy en cuenta en el momento de elegir los alimentos que consumimos.
Selección cuantitativa
Es necesario ayudarse de tablas de composición de alimentos:
En las tablas se suele expresar la cantidad de energía y nutrientes contenida en 100g de alimento. Pero los niños no comen 100 g de esto o de lo otro, sino que es necesario aportar unas cantidades acordes con su edad, raciones, que aseguren el aporte que se establece en las recomendaciones dietéticas. Es decir teniendo en cuenta las cantidades recomendadas. En el apartado anterior, hay que calcular que cantidad de alimento las contienen.
Ejemplo:
Si para un niño de 4-6 años se debe aportar en la dieta diaria 800 mg de calcio, y 100 g (ml) de leche de vaca contienen 125 g de calcio, la relación que tenemos que conseguir es:
Es decir son necesarios 640 g de leche o 640 ml, algo más de medio litro diario.
Así se debe hacer con todos los alimentos que se seleccionen para formar parte de la dieta de forma que aseguramos el aporte adecuado y nos orientamos acerca de la cantidad. Pero sería muy pesado, hacer todas estas cuentas cada vez que se va a servir un plato de comida al niño, y quedaría un poco raro llevar en la mano, además del cazo de servir, un peso en el que medir la cantidad de alimento que se ha de echar en el plato.
Para evitar obsesionarse con los cálculos, se suele recomendar el establecimiento de una selección cualitativo que se basa en el aporte de raciones adecuadas.
Selección cualitativa
Seleccionar cualitativamente supone elegir los alimentos en las porciones adecuadas a cada comida, en número de veces suficiente para conseguir un aporte completo y de forma que estén representados todos los grupos de alimentos. Las raciones dietéticas aseguran la adecuada representación de todos los alimentos básicos, evitando los superfluos. Una ración es la cantidad o porción adecuada a "un plato normal" de comida. A veces son varias unidades de un alimento las que forman una ración.
Para que una dieta sea equilibrada cualitativamente, deben formar parte de ella todos los grupos de alimentos: energéticos, plásticos o constructores y reguladores o protectores
Siete Criterios Para La Selección De Alimentos
1- INTEGRAL
El alimento es integral si contiene todas sus partes comestibles, tal y como las hizo la naturaleza. Por ejemplo: una china es integral, sin embargo el jugo de china filtrado, aunque nutritivo y sabroso, no es integral ya que le falta la fibra. El alimento integral suple todos sus nutrientes en perfecto balance y nos provee de su energía viva.
2- FRESCO, NATURAL, REAL, ORGÁNICO
No enlatado, no congelado, no irradiado ni genéticamente modificado, libre de aditivos, colorantes y preservativos. Nuestro alimento debe ser de verdad, no imitaciones.
Natural es un alimento envuelto en el ciclo de nacer, vivir y morir que rige toda la vida en nuestro planeta. Un alimento sintético o artificial es uno que proviene del petróleo, una sustancia compuesta por materia alguna vez orgánica pero que a través de millones de años en las entrañas de la tierra a alcanzado una estabilidad biológica absoluta, fuera del ciclo de la naturaleza. Algunos alimentos son "desnaturalizados" por intensos procesos industriales, como es el caso comúnmente de los productos de soya.
Los productos de la agricultura orgánica, tradicional y sustentable, sin el uso de pesticidas y abonos químicos, contienen más nutrientes y un sabor superior a los productos comerciales. Además, promueven el bienestar del medio ambiente. Es importante para nosotros servirle alimentos orgánicos y de esa manera disminuir la cantidad de contaminantes que invaden su cuerpo y afectan su sistema inmunológico.
3- LOCAL
Y mucho mejor aún que la agricultura orgánica, es la agricultura orgánica local. Lo local sabe más rico, cuesta menos, y es más nutritivo, porque se recoge más maduro y no pierde nutrientes viajando millas y millas.
4- EN ARMONÍA CON LA TRADICIÓN
El alimento tradicional de cualquier cultura surge del conocimiento que se acumula a través de las generaciones. Sus beneficios son comprobados científicamente por experimentos que han durado miles de años. Este experimento ocurre en el diario vivir y se mide con la calidad de vida de las personas. De esta manera, poco a poco se consigue una dieta óptima.
A nuestras generaciones le ha tocado experimentar con un nuevo tipo de alimento, que incluye aditivos artificiales y procesos de preparación nunca antes utilizados. Podemos ver a nuestro alrededor lo que este experimento nos enseña, a través de enfermedades como el cáncer, la diabetes... o condiciones de obesidad, hipertensión, etc.
Nuestra dieta debe estar en armonía con la tradición, porque estos alimentos han pasado la prueba de generaciones y generaciones. Piensa en tus antepasados en específico, quizás taínos, congoleses, árabes, mediterráneos, nórdicos... ¿Qué comían hace 1,000 años? ¿Cómo preparaban sus alimentos?
5- POR TEMPORADA
Para vivir en comunión con nuestro medio ambiente, es buena idea comer en temporada. Debido a la refrigeración y la agricultura química, podemos perder este contacto con nuestros alrededores.
Al comer por temporada, te aseguras de que tú alimento es siempre fresco y sabroso. Algunos tienen propiedades beneficiosas que aplican a ese momento y ese lugar.
6- BALANCEADO
El secreto de la salud es el balance. Es importante balancear nuestro alimento para que haya suficiente proteína, carbohidratos, grasas, fibra y otros nutrientes esenciales; pero también es importante pensar en un balance estético de sabores, colores, texturas y formas. La salud es balance.
7- DELICIOSO
¡Claro, lo más importante! Tú nos dirás si logramos cumplir con este criterio. De nada sirve comer saludable si no sabe exquisito. Además, nuestro paladar nos guía hacia el alimento que es mejor para cada uno de nosotros, siempre y cuando no lo engañemos con químicos artificiales...
Lentejas, garbanzos, arvejas, porotos y más son ideales para combatir el invierno, y son la mayor fuente de proteínas de origen vegetal. Antes de poner la olla al fuego, enterate de sus ventajas nutricionales y de las combinaciones recomendadas para aprovecharlas al máximo.
Aprendé todo sobre las legumbres. Foto: Archivo
Por Liz Silberkasten
Con la llegada del frío ponemos nuestra creatividad al servicio de guisos, revueltos y sopas; las hojas verdes que nos acompañaron durante el verano dan paso a otro tipo de alimentos, entre ellos las legumbres, especialmente las que se consumen secas como las lentejas, aunque también las comemos frescas como las arvejas y habas.
¿Por qué son tan recomendadas? Básicamente, porque aportan una gran proporción de proteínas (entre un 18 y un 25%), hidratos de carbono, escasas grasas, minerales, mucho hierro, calcio, fósforo y magnesio.
"Todas las legumbres brindan variedad de nutrientes en proporción bastante semejante, pero su particularidad y riqueza se basa en que son alimentos que proporcionan un índice glucémico bajo, es decir, promueven una mejor aceptación de sus calorías por parte del cuerpo, favoreciendo el descenso de peso y la reducción de colesterol. Además, son protectoras del colon, ayudan a controlar la diabetes, prevenir estreñimiento y anemias", explica la licenciada Patricia Robiano, coach nutricional. Y la doctora Sonia Spiner, especialista en Nutrición, suma: "También previenen la resistencia a la insulina y son muy ricas en fibras, por lo que son importantes en todo plan alimentario saludable y no sólo en aquellos que siguen una dieta vegetariana".
Es que, debido a sus propiedades nutricionales, sirven de reemplazo para las carnes: cuando las combinás con cereales (arroz, trigo, maíz) se convierten en una fuente de proteínas completas, con todos los aminoácidos necesarios.
Hacete amiga
Las legumbres son semillas, contenidas en la vaina de plantas de la familia de las leguminosas, y entre las más consumidas están:
Lentejas: son ricas en hidratos de carbono complejos, proteínas, fibra y hierro del llamado "no hemolítico", que se absorbe con dificultad, por lo que es necesario combinarlas con alimentos ricos en vitamina C (tomates, pimientos, limón, naranja, kiwi) para favorecer esa absorción.
Soja: brinda casi tantas proteínas como la carne, además de fibras, carbohidratos y grasas poli-insaturadas, beneficiosas para el organismo; minerales (calcio, hierro, yodo, magnesio, potasio y fósforo) y vitaminas del grupo B. La podés consumir en forma de porotos, tofu, harina, etc.
Garbanzos: son ricos en hidratos de carbono, proteínas y fibras; aportan poca grasa y sodio (excepto en conserva), e isoflavonas, que mejoran los síntomas perimenopáusicos.
Alubias o judías: aportan ácido fólico, potasio, fibras y carbohidratos.
Arvejas: son fuente de almidón y fibra dietética, que provoca saciedad y ayuda a controlar los niveles de colesterol y azúcar en sangre.
Habas: aportan hidratos de carbono, proteínas, fibras, hierro, potasio, fósforo y magnesio.
Más ideas
¿No sabés cómo y dónde comerlas?
En ensaladas. Combinalas con tomates o pimientos, ricos en vitamina C, zanahoria, cebolla u otras verduras, maíz dulce o atún en lata.
Salteadas. Primero hervilas y luego sartenealas en aceite de oliva. Probá con jamón picado y perejil.
En sopas , tipo minestrón, o bien procesadas y hechas crema.
Enjuagalas. Aunque muchos hoy las cocinan sin remojarlas, sí es indispensable que las laves pasándolas por un colador. Vienen con tierra.
A lo largo de la vida, el ser humano no cesa de consumir alimentos. Desde que nace hasta que muere, entre diez y veinte toneladas de productos alimentarios pasarán por su boca.
En cada época de la vida existen unos alimentos especialmente idóneos, que deben ser capaces de:
• Satisfacer las necesidades de nutrientes propias de cada periodo.
Por ejemplo:
En la etapa de crecimiento, se precisan sobre todo alimentos que proporcionen nutrientes plásticos o formadores de la estructura y órganos corporales.
En la juventud, se necesitan más alimentos energéticos que suministren las calorías necesarias para desarrollar un mayor trabajo físico.
En la madurez, se precisan más nutrientes reguladores, capaces de normalizar todos los procesos que tienen lugar en el organismo.
• Prevenir las enfermedades y trastornos específicos que suelen presentarse en cada época.
¿Cuáles son los componentes de los Alimentos?
Se denominan nutrientes y son los componentes de los alimentos aprovechables por nuestro organismo que hacen posible la vida y que se encuentran en ellos repartidos de forma desigual. Desempeñan funciones diferentes en nuestro organismo en función de su naturaleza.
• Nutrientes energéticos (combustible): hidratos de carbono o glúcidos y grasas o lípidos. Liberan energía con la que el organismo logra mantener sus funciones vitales (bombeo de sangre, respiración, regulación y mantenimiento de la temperatura corporal…) y además permite el desarrollo de la actividad.
• Hidratos de carbono: Constituyen la principal fuente de energía rápida para nuestro organismo. Si los comparamos con un coche, los hidratos de carbono serían la gasolina que permite ponerlo en funcionamiento. El organismo ha de transformar los hidratos de carbono en sus unidades básicas para que las células los puedan utilizar (glucosa).
Así cuando hablamos de "nivel de azúcar en sangre" nos referimos a la glucosa. Un aporte adecuado de este nutriente implica el mantenimiento del peso y la composición corporal, al impedir que se utilicen las proteínas como fuente de energía.
Sin embargo, cuando tomamos en exceso alimentos ricos en hidratos de carbono, una parte de este exceso se deposita en el hígado y los músculos en forma de glucógeno (reserva de energía) y otra parte se convierte en grasa que se almacena en el tejido adiposo o graso.
Otras funciones de los hidratos de carbono:
Participan en la síntesis de material genético. Aportan fibra dietética.
Fuentes de hidratos de carbono sencillos o de absorción rápida (azúcares simples): azúcar, almíbar, caramelo, jalea, dulces, miel, melaza, chocolate y derivados, repostería, pastelería, bollería, galletería, bebidas refrescantes azucaradas, fruta y su zumo, fruta seca, mermeladas…
Fuentes de hidratos de carbono complejos o de absorción lenta (almidón): farináceos (cereales, legumbres y tubérculos), y en menor proporción, verduras y hortalizas.
Grasas:
Constituyen la energía de reserva para nuestro organismo por excelencia. El depósito de reserva de gasolina del coche. Son una fuente concentrada y almacenable de energía. Así, cuando ingerimos en exceso alimentos ricos en grasa, el cuerpo almacena las que no necesita en el tejido adiposo. Así mismo, contribuyen de manera importante en la textura y palatabilidad de los platos.
Las grasas se clasifican según su composición y sus propiedades en:
Grasa saturada: origen animal principalmente, abundante en la carne, los huevos y los lácteos y de origen vegetal, en el aceite de coco y de palma
Grasa monoinsaturada: origen vegetal, abundante en el aceite de oliva y aguacate
Grasa poliinsaturada: origen vegetal principalmente, abundante en los aceites de semillas, los frutos secos y origen animal, en los pescados azules.
Otras funciones de la grasa:
Aísla el cuerpo e impide pérdidas excesivas de calor, envuelve órganos vitales como el corazón y riñones, es el vehículo de transporte de las vitaminas liposolubles (A, D, E, K), es imprescindible para la formación de determinadas hormonas, suministra ácidos grasos esenciales (linoléico, linolénico) que no puede sintetizar el organismo.
• Nutrientes plásticos (constructivos): proteínas, principalmente. Con ellos se forma la estructura del organismo, se renuevan y reparan los tejidos, se mantiene en buen estado nuestro sistema de defensas que nos protege frente a agentes externos e infecciones.
Proteínas:
Son el material fundamental para la construcción de nuestros tejidos, aunque desempeñan también otras funciones muy importantes. Siguiendo con el ejemplo del coche, las proteínas para el organismo son como la carrocería y los mecanismos del coche.
Una vez ingeridas a través de diferentes alimentos, en el organismo se transforman en sus unidades fundamentales:
Los aminoácidos. Las proteínas humanas son una combinación de 22 aminoácidos, de los cuáles 8 son esenciales, es decir, deben ser aportados diariamente a través de los alimentos, porque el organismo no puede sintetizarlos por él mismo.
La Calidad de una Proteína
La calidad de una proteína depende de la cantidad de aminoácidos esenciales presentes en ella. Aquellas que contienen cantidades suficientes de cada uno de los aminoácidos esenciales son proteínas de alto valor biológico.
Cuando falta un aminoácido esencial, el valor biológico de esa proteína disminuye. El organismo no puede sintetizar proteínas si sólo falta un aminoácido esencial. Todos los aminoácidos esenciales se encuentran presentes en las proteínas de origen animal, por tanto, estas proteínas son de mejor calidad que las de origen vegetal (deficitarias en uno o más de esos aminoácidos).
Sin embargo, proteínas incompletas bien combinadas pueden dar lugar a otras de valor equiparable a las de la carne, el pescado y el huevo (especialmente importante en regímenes vegetarianos). Las combinaciones favorables al equilibrio proteico son mezclar legumbres con arroz o con trigo, cereales con frutos secos, etc.
Otras funciones de las proteínas:
Contribuyen al equilibrio orgánico al transportar grasas y oxígeno, forman parte de determinadas hormonas y de las inmunoglobulinas o anticuerpos responsables de la defensa del organismo.
Fuentes alimentarias de proteínas:
De origen animal (proteínas completas): carne, pescado, huevos y lácteos.
De origen vegetal (proteínas incompletas): legumbres, cereales y frutos secos.
• Nutrientes reguladores (biocatalizadores): vitaminas y minerales. Facilitan y controlan las diversas funciones fisiológicas, con el fin de que todos los procesos que tienen lugar en nuestro organismo discurran con normalidad.
Vitaminas:
Se necesitan en pequeñas cantidades para el crecimiento, mantenimiento de la vida y reproducción. Conocemos 13 vitaminas que son esenciales para el hombre. El propio cuerpo no las puede sintetizar, por lo que hemos de asegurar su aporte a través de la alimentación.
Atendiendo a su composición se clasifican en dos grupos:
Liposolubles: A, D, E, K. Estas vitaminas no se disuelven en agua sino en grasa, por lo que la alimentación debe incluir diariamente cantidad suficiente de grasa. El organismo es capaz de almacenarlas en el hígado y en el tejido adiposo. De ahí, que su suplementación se realice exclusivamente bajo prescripción médica, ya que el exceso puede acarrear consecuencias negativas para la salud (por ej. un exceso de vitamina A durante el embarazo puede provocar malformaciones en el feto).
Hidrosolubles: vitaminas del grupo B y vitamina C o ácido ascórbico. Son solubles en agua, por lo que puede haber pérdidas importantes cuando los alimentos se remojan, hierven o están en contacto con abundante agua. El organismo no puede almacenarlas y elimina el exceso por la orina, por lo que es necesario conseguir un aporte suficiente a través de la alimentación todos los días.
Fuentes de vitaminas:Distribuidas tanto en alimentos vegetales como animales.
Sales minerales. Son elementos que el cuerpo requiere en proporciones bastante pequeñas para su crecimiento, conservación y reproducción. Al igual que las vitaminas, no aportan energía.
Hay algunos que se necesitan en mayor proporción y son los macrominerales (calcio, fósforo, sodio, cloro, magnesio, hierro y azufre).
Los microminerales o elementos traza son también esenciales pero se necesitan en menor cantidad (zinc, cobre, yodo, cromo, selenio, cobalto, molibdeno, manganeso y flúor, entre otros), por lo que no existe tanta posibilidad de que se produzcan déficits.
Fuentes dietéticas de sales minerales: Están ampliamente distribuidos en los distintos alimentos: frutas, verduras, hortalizas, levaduras, lácteos, legumbres y cereales, carnes, etc.
Existen en los alimentos otros componentes no nutritivos, que desempeñan igualmente funciones destacables para el equilibrio orgánico: fibra, agua y elementos fitoquímicos (sustancias que se hallan únicamente en los vegetales).
Alimentos que no deben faltar nunca en nuestra Dieta
El descubrimiento de los nutrientes y las funciones que desempeñan dentro de nuestro organismo nos ha permitido conocer perfectamente muchas de las propiedades de los alimentos que hasta hace relativamente pocos años se intuían o formaban parte de la sabiduría popular.
Ahora los avances científicos nos introducen a fondo en el mundo de la alimentación y en su relación con la salud. Cada estudio nos acerca al concepto de que la dieta más adecuada es aquella que tiene en cuenta todas las condiciones que nos caracterizan como personas educadas en una cultura determinada, de hábitos alimenticios concretos, gustos, estado de salud, costumbres e ideales, actividad física y estilos de vida diferentes.
Por tanto, no existe una dieta ideal que sirva para todo el mundo, pero sí un criterio universal en cuanto al tipo de alimentos que deben consumirse dentro de la dieta cotidiana, lo que por un lado garantiza que se cubren las necesidades energéticas y nutritivas de la totalidad de las personas que componen una población sana, y por otro, colabora en la prevención de ciertas alteraciones y enfermedades relacionadas con desequilibrios alimentarios.
Alimentacion Equilibrada
Alimentación equilibrada es aquella que incluye variedad de alimentos en las cantidades adecuadas, en función de las características de cada persona (edad y situación fisiológica –infancia, estirón puberal, embarazo y lactancia-, sexo, composición corporal y complexión…), estilo de vida (activo, sedentario), etc., que garantiza que se cubren los requerimientos de energía y nutrientes que nuestro organismo necesita para mantener un buen estado nutritivo, de salud y bienestar.
Los nutrientes no están distribuidos de manera homogénea en los alimentos. En cada uno de ellos, por tanto, predomina uno u otro. Esto ha llevado a clasificarlos en diferentes grupos de acuerdo a su afinidad nutritiva o a la principal función que desempeñen los nutrientes predominantes en la composición del alimento en nuestro organismo.
Las cantidades o raciones y tipo de alimentos a consumir dependen de las necesidades de calorías de cada persona.