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Obesidad infantil: ¿prevención o tratamiento?

Obesidad infantil: ¿prevención o tratamiento?

La obesidad infantil constituye sin duda uno de los principales problemas de salud a los que se enfrenta el mundo desarrollado, habiendo sido señalada por la Organización Mundial de la Salud como la epidemia nutricional de siglo XXI. Aunque las causas de esta epidemia son multifactoriales, incluyendo causas genéticas y ambientales, en general podemos admitir que el exceso de grasa corporal que define la misma se debe fundamentalmente a un desequilibrio entre la ingesta y el gasto energético. Son numerosos los autores que destacan la existencia de un ambiente obesogénico en nuestra sociedad, caracterizado por la disponibilidad a todas horas de abundantes alimentos ricos en energía, azúcares refinados, grasas saturadas y sal, el desarrollo de un ocio de tipo sedentario que incluye consumo de innumerables horas de televisión al día, consolas de videojuegos, teléfonos inteligentes, etc., y un descenso significativo de las horas dedicadas por los niños a la práctica de actividad física, tanto en forma de deportes como de juegos.

La importancia de la obesidad infantil no radica principalmente en su asociación cada vez más frecuente con el desarrollo de comorbilidades (diabetes mellitus, hipertensión arterial, hígado graso…) en la edad pediátrica, sino en el hecho de que un niño obeso tiene altas probabilidades de convertirse en un adulto obeso y este tiene un mayor riesgo de mortalidad. Un estudio reciente realizado en adolescentes demuestra que el tener un IMC elevado en la adolescencia se asocia significativamente a una mayor mortalidad cardiovascular y por cualquier causa en la edad adulta.

La obesidad infantil continúa siendo un problema para la sociedad y un auténtico reto para los pediatras. Es misión de todos conseguir que el menor número posible de niños desarrollen obesidad (prevención primordial), para lo que se deben implementar medidas preventivas adecuadas desde los primeros momentos de la vida. También debe ser objetivo común conseguir tanto que los niños con sobrepeso no se conviertan en obesos (prevención primaria), como que los niños obesos no se conviertan en adultos obesos (prevención secundaria), para lo que necesitaríamos:

1) unos criterios diagnósticos claros de obesidad y sobrepeso;
2) adecuada adquisición de habilidades en entrevista motivacional por los profesionales encargados del seguimiento y control del paciente obeso;
3) estandarización y consenso del tratamiento a desarrollar desde Atención Primaria;
4) establecimiento de criterios claros de derivación a atención especializada, y
5) la creación en los hospitales de unidades especializadas en obesidad para el tratamiento intensivo de los casos más graves.

Estás satisfecha con tu cuerpo?

Estás satisfecha con tu cuerpo?

Párate frente al espejo y honestamente, responde: ¿te agrada lo que ves?
Aunque nadie es perfecto y siempre podemos mejorar, sentirnos satisfechas de nuestro cuerpo es parte fundamental de nuestra autoestima. Pero pocas mujeres están contentas con lo que ven, según una encuesta. Y tú, ¿estás satisfecha con el tuyo?

Una encuesta publicada en la revista Journal of Women & Aging indica que sólo el 12 por ciento de las mujeres encuestadas (unas 1.700), estaban satisfechas con la forma y tamaño de sus cuerpos.

Las mujeres encuestadas, todas mayores de 50 años, estaban en su mayoría (un 88 por ciento) en un peso apropiado. Sin embargo, incluso entre el 12 por ciento de las que sí estaban satisfechas con su cuerpo, había algunas quejas. Un 56.2 por ciento tenía quejas en cuanto al tamaño del estómago, 53.8 por ciento sobre su rostro y un 78.8 sobre el estado de su piel.

Para estar satisfechas con nuestro cuerpo no sólo se necesita ir al gimnasio o mantener una dieta saludable. El verdadero cambio está en la forma de pensar. Al analizar los resultados de esta encuesta, Joan Chrisler, profesora de psicología en el Colegio de Connecticut, en New London, y especialista en la psicología del peso y los trastornos alimenticios en las mujeres, opina que las éstas deben de tratarse mejor a sí mismas. Esto incluye dormir lo suficiente, hacer ejercicio, alimentarse bien, hidratar la piel, comprarse y llevar la ropa que más favorece e, incluso, recibir un masaje de vez en cuando. “Muchas mujeres no se tratan bien a sí mismas porque están decepcionadas con su cuerpo”, indica. ¡Ya es hora de cambiar esa conducta!

La psicóloga también da esta sugerencia: ver más películas extranjeras. “Si ves películas francesas o japonesas, verás a muchas más mujeres mayores que en las películas estadounidenses, y en su mayoría no están delgadas como un palillo”, asegura.

Otro consejo de Chrisler es evitar las revistas de moda. “Están llenas de mujeres jóvenes y llevan ropa que a las mujeres mayores no les sienta bien. No están hechas para nosotras”…

Así mismo, la Universidad Bloomsburg, en Pennsylvania, ha dado a conocer su propia lista medidas prácticas para que la mujer de cualquier edad (y todos en general) se sienta mucho mejor con su imagen.

Concéntrate en tus logros.

Toma conciencia de tus pensamientos y creencias y expresa tus emociones de una manera constructiva, saludable.
Desecha el diálogo interno negativo y reemplaza los pensamientos perturbadores por otros positivos. Pregúntate: “¿Qué puedo pensar y hacer para que esto sea menos estresante?” Un ejemplo puede ser: “Hacer frente a esta situación puede hacerme más fuerte.”
Mira tu cuerpo y a ti misma en una luz positiva, escribiendo un “Me agrada como soy porque…” y haz una la lista de tus cualidades.
Anímate, utiliza declaraciones optimistas y cree en tus capacidades y autoestima.
Toma una conciencia crítica de cómo los medios representan sus mensajes de belleza y figura (delgadez).
Participa en actividades que promuevan tu bienestar físico y bienestar mental y/o el bienestar de los demás.
Rodéate de personas que sean fuente de apoyo, respeto y estímulo.
Establece objetivos que representen un reto pero que a la vez sean realistas. Y encuentra formas de vincular esos objetivos con tus sueños, valores y emociones.
Todos los días da gracias por tres cualidades o cosas buenas que tengas en tu vida.

Finalmente recuerda, no hay cuerpo estéticamente perfecto… Pero la manera en que nuestros organismos funcionan es verdaderamente prodigiosa.

La forma en que cada una de las partes de nuestro cuerpo se desarrolla y funciona es admirable. Sólo pensar en eso es suficiente para que no sólo te sientas satisfecha con tu cuerpo, sino para que sientas que en verdad ¡somos una maravilla!

Pastel de yogur

Pastel de yogur

Hoy vamos a hacer un postre rápido que publicó mi amiga Monica H. y que solo le cambie el azucar por edulcorante. Rico y que prepararás en casa sin complicación alguna. A mí personalmente me encanta este pastel de yogur porque es un postre con una textura suave y ligera y con ese toque a limón que le va perfecto, ¡comenzamos con nuestra receta!

Ingredientes:
4 huevos
8 sobrecitos de edulcorante apto para cocción
350 gr de yogur natural sin azúcar
40 gr de maizena
4 gr de levadura o polvo de hornear
Ralladura de limón
Esencia de vainilla (una cucharadita)
Molde de 21 cm x 7 cm de alto
Papel de horno

Preparación:
Comenzamos separando las claras de las yemas de los 4 huevos, ponemos las claras en un bol y las yemas en otro. Reservamos el bol en el que tenemos las claras.

Es importante que los huevos no estén fríos, deben estar a temperatura ambiente para que a la hora de montar las claras no tengamos problemas.

Ahora, añadimos el azúcar al bol donde tenemos las yemas y batimos bien durante unos minutos, hasta que veamos que van cogiendo un color blanquecino y que han doblado su volumen.

Seguidamente, le añadimos el yogur griego natural y sin azúcar, y la ralladura de limón ( sólo la parte amarilla, si rallamos la parte blanca amargará, ¡cuidado!).

Volvemos a mezclar hasta que quede bien integrado. Añadimos también una cucharadita de esencia de vainilla (esto es opcional).

A continuación, mezclamos la maizena con la levadura química o polvo de hornear y añadimos también al bol donde tenemos los demás ingredientes, volvemos a mezclar e integramos bien la maizena sin que nos quede grumos.

Ahora, cogemos el bol dónde tenemos las claras y las montaremos a punto de nieve.

Añadimos las claras montadas al bol donde tenemos todos los demás ingredientes, las añadimos poco a poco y las vamos integrando con movimientos suaves y envolventes para que las claras bajen lo menos posible.

A continuación, ponemos un papel para hornear un poco humedecido con agua(así nos será más fácil manipularlo) en el molde y volcamos nuestra masa. También lo puedes hacer directamente en un molde untado con un poco de mantequilla.

Hornear a 170 grados por 30 minutos
Seguidamente, metemos al horno precalentado a 170 ºC durante unos 30 minutos aproximadamente, depende de cada horno, lo tendremos con calor arriba y abajo, colocando la bandeja en la parte más baja del horno para que no se nos haga demasiado por arriba y se nos quede crudo por abajo.

Una vez pasado ese tiempo, apagamos el horno y lo dejamos unos minutos más dentro del horno con la puerta abierta, sacamos del horno y dejaremos enfriar por completo antes de desmoldarlo.

Para finalizar, una vez que ya esté el pastel frío y antes de servirlo, espolvoreamos por encima con azúcar glass y listo!! Un dulce fácil, muy suave y esponjoso.
 
 
 
 

 

Omelette de manzana

Omelette de manzana
 
MI DESAYUNO DE HOY...mmmm..
OMELETTE DE MANZANA

Ingredientes
1 huevo
1 cda de salvado de avena o de avena instantánea
1 manzana roja
1 sobrecito o 2 de edulcorante apto para cocción (a gusto)
pizca de canela, gotitas de vainilla
spray vegetal.

Preparación
Mezclar el huevo, el salvado, la canela, la vainilla y el edulcorante.
Rallar la manzana y agregar a la preparacion anterior.
Calentar muy bien una sarten antiadherente, rociar con spray vegetal.
Cocinar el omellette de ambos lados hasta que esté doradito.

Acompañar con cafe, te o mate.
¡¡¡EMPEZAMOS LA MAÑANA A PURO MIMO!!!