Novedades

La obesidad

 
La obesidad es una enfermedad crónica y progresiva que responde a múltiples factores:
Propias del individuo: genéticos, hereditarios, metabólicos, endócrinos, alteración en la conducta alimentaria (ingesta excesiva, transgresiones, consumo de comidas rápidas hipercalóricas), consumo de cierto tipo de medicación.
Ambientales: estilo de vida, sedentarismo, mínima práctica de actividad física, stress asociado a las exigencias laborales. Existe un desequilibrio entre la ingesta energética y el gasto calórico, lo que lleva a una acumulación excesiva de tejido graso.
La obesidad no solo representa una patología por si misma, sino que también lleva al desarrollo de numerosas enfermedades asociadas (comorbilidades) y trastornos emocionales.
Enunciamos como ejemplo: enfermedades cardiovasculares (hipertensión, infarto, várices), apnea del sueño, trastornos respiratorios (asma, broncoespasmo), problemas osteoarticulares, diabetes mellitus, hiperinsulinemia, aumento del colesterol y triglicéridos, reflujo gastroesofágico, trastornos en la menstruación, incontinencia urinaria, disfunción sexual, distorsión de la imagen corporal, dificultad para relacionarse con el entorno, depresión, ansiedad, aislamiento, disminución de la autoestima, inseguridad, deterioro de la calidad de vida.

Cómo controlar la ansiedad

¿CÓMO CONTROLAR LA ANSIEDAD? Te lo explicamos con consejos y estrategias sencillas.  La RAE define la ansiedad como: "El estado de agitación, inquietud o zozobra del ánimo". Sin embargo, realmente quienes la han sufrido alguna vez, la sufren esporádicamente o para aquellos que es su gran compañera del día a día es algo que merece una definición de más de nueve palabras.  En primer lugar, no toda la ansiedad es perjudicial para nuestro cuerpo y mente, existe cierto nivel de ansiedad positiva, esa pequeña inquietud que nos ayuda en situaciones complicadas a salir airosos. Es decir, nos ayuda a estar alerta ante posibles peligros o atentos a acontecimientos relevantes. Funciona como una especie de "ángel de la guardia" interior.  La ansiedad también puede ser negativa Por otro lado, encontramos la ansiedad negativa... ¿En qué se diferencia de la anterior? este tipo de ansiedad provoca un miedo exagerado e irracional ante un acontecimiento (como por ejemplo el miedo a hablar en público, a subir en ascensor, etc.) que a parte de las obvias reacciones psicológicas se acompaña de reacciones físicas (sudores, palpitaciones, temblores, molestias gástricas...) ante la expectativa de que algo catastrófico suceda aun siendo ésto muy poco probable.  Se derivan diversos trastornos a partir de la ansiedad negativa, como son:  Trastorno de pánico Trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) Trastorno de estrés postraumático (TEPT) Fobia social (o trastorno de ansiedad social) Fobias específicas Trastorno de ansiedad generalizada (TAG) Técnicas para reducir la ansiedad Aunque cada uno de los cuales tiene un tratamiento específico, podemos añadir una serie de técnicas que ayudan a mejorar los estados de ansiedad:  1. Ejercicio físico El ejercicio físico nos ayudará a evitar el exceso de activación del sistema nervioso y a conseguir un sueño más reparador. Si nuestro estado físico no nos permite la realización de ejercicio podemos optar por ritmos suaves a intervalos breves.  2. El sueño y los hábitos de alimentación Una alimentación desequilibrada puede perjudicar a algunos síntomas gastrointestinales asociados con algunos estados de ansiedad, una alimentación saludable y equilibrada nos ayudará a controlarla. Respecto al sueño, los beneficios de dormir bien son obvios, si vemos que la ansiedad no nos deja dormir (o peor, el pensamiento de que no podemos dormir, no nos deja dormir) podemos optar por leer algo aburrido hasta que el propio sueño venga a visitarnos.  3. Modelado (observación) Como aprendimos de Albert Bandura, podemos emplear el modelaje observando a otras personas que no muestran ansiedad ante acontecimientos que a nosotros si no muestran esas sensaciones temidas. Incluso, conversar con personas que han conseguido superar problemas de ansiedad y que le comenten las técnicas que a ellos le han funcionado le harán recuperar la esperanza en que sí se puede controlar la misma.  4. Sentido del humor  Nuestra tendencia ante las situaciones que nos provocan ansiedad es reaccionar con negatividad y tomárnoslo demasiado en serio. A veces, una persona con ansiedad no se puede dar cuenta de lo ridícula que puede ser su reacción. Es importante ver también la parte divertida y optimista de las cuestiones. Por ejemplo, ante un pensamiento recurrente, podemos probar a cantarlo o a decírnoslo en otro idioma.  5. Meditación y Mindfulness Es probable que ya hayas oído hablar del Mindfulness, es una técnica de meditación que le ayudará a conseguir la atención plena. En un ambiente relajado, donde se asegure de que nadie va a molestarle, céntrese en su respiración, en las sensaciones corporales, en el sonido o en un objeto y practique la atención plena. Si quieres conocer distintas maneras de practicar Mindfulness, puedes leer nuestro artículo: “5 ejercicios Mindfulness para mejorar tu bienestar emocional”.  6. Métodos de distracción Si empleamos distracciones adecuadas podemos interrumpir, aunque sea temporalmente, el pensamiento que nos provoca ansiedad: parada de pensamiento, lectura, ocio, pasear, entre otros.  7. Psicofármacos Es posible que su ansiedad tenga un componente físico. Si su médico confirma que su dolencia no es física sino mental, puede solicitar cita con un psiquiatra y que unos ansiolíticos puedan ayudarle. Los medicamentos pueden ser de mucha utilidad aunque también debe poner de su parte. No se le ocurra automedicarse aunque otra persona le haya dicho que le haya ido bien.  Las recaídas cuando uno sufre ansiedad En caso de haber estado o estar asistiendo a psicoterapia no se tome las recaídas como un fracaso, sino algo de lo que podemos aprender y conocernos mejor para poder prevenirlo en un futuro.  Antes de finalizar, un consejo... Y recuerde, por supuesto, que la ansiedad es como nuestro guardián interior. Aprender de ella, aprender a manejarla, puede ayudarnos a estar alerta ante las situaciones correctas y a salir airosos de nuestros retos personales del día a día. Con estas siete técnicas y estrategias para reducir la ansiedad puedes estar más cerca de poner un nuevo rumbo en tu vida.
 
Te lo explicamos con consejos y estrategias sencillas.

La RAE define la ansiedad como: "El estado de agitación, inquietud o zozobra del ánimo". Sin embargo, realmente quienes la han sufrido alguna vez, la sufren esporádicamente o para aquellos que es su gran compañera del día a día es algo que merece una definición de más de nueve palabras.

En primer lugar, no toda la ansiedad es perjudicial para nuestro cuerpo y mente, existe cierto nivel de ansiedad positiva, esa pequeña inquietud que nos ayuda en situaciones complicadas a salir airosos. Es decir, nos ayuda a estar alerta ante posibles peligros o atentos a acontecimientos relevantes. Funciona como una especie de "ángel de la guardia" interior.

La ansiedad también puede ser negativa
Por otro lado, encontramos la ansiedad negativa... ¿En qué se diferencia de la anterior? este tipo de ansiedad provoca un miedo exagerado e irracional ante un acontecimiento (como por ejemplo el miedo a hablar en público, a subir en ascensor, etc.) que a parte de las obvias reacciones psicológicas se acompaña de reacciones físicas (sudores, palpitaciones, temblores, molestias gástricas...) ante la expectativa de que algo catastrófico suceda aun siendo ésto muy poco probable.

Se derivan diversos trastornos a partir de la ansiedad negativa, como son:

Trastorno de pánico
Trastorno obsesivo-compulsivo (TOC)
Trastorno de estrés postraumático (TEPT)
Fobia social (o trastorno de ansiedad social)
Fobias específicas
Trastorno de ansiedad generalizada (TAG)
Técnicas para reducir la ansiedad
Aunque cada uno de los cuales tiene un tratamiento específico, podemos añadir una serie de técnicas que ayudan a mejorar los estados de ansiedad:

1. Ejercicio físico
El ejercicio físico nos ayudará a evitar el exceso de activación del sistema nervioso y a conseguir un sueño más reparador. Si nuestro estado físico no nos permite la realización de ejercicio podemos optar por ritmos suaves a intervalos breves.

2. El sueño y los hábitos de alimentación
Una alimentación desequilibrada puede perjudicar a algunos síntomas gastrointestinales asociados con algunos estados de ansiedad, una alimentación saludable y equilibrada nos ayudará a controlarla. Respecto al sueño, los beneficios de dormir bien son obvios, si vemos que la ansiedad no nos deja dormir (o peor, el pensamiento de que no podemos dormir, no nos deja dormir) podemos optar por leer algo aburrido hasta que el propio sueño venga a visitarnos.

3. Modelado (observación)
Como aprendimos de Albert Bandura, podemos emplear el modelaje observando a otras personas que no muestran ansiedad ante acontecimientos que a nosotros si no muestran esas sensaciones temidas. Incluso, conversar con personas que han conseguido superar problemas de ansiedad y que le comenten las técnicas que a ellos le han funcionado le harán recuperar la esperanza en que sí se puede controlar la misma.

4. Sentido del humor

Nuestra tendencia ante las situaciones que nos provocan ansiedad es reaccionar con negatividad y tomárnoslo demasiado en serio. A veces, una persona con ansiedad no se puede dar cuenta de lo ridícula que puede ser su reacción. Es importante ver también la parte divertida y optimista de las cuestiones. Por ejemplo, ante un pensamiento recurrente, podemos probar a cantarlo o a decírnoslo en otro idioma.

5. Meditación y Mindfulness
Es probable que ya hayas oído hablar del Mindfulness, es una técnica de meditación que le ayudará a conseguir la atención plena. En un ambiente relajado, donde se asegure de que nadie va a molestarle, céntrese en su respiración, en las sensaciones corporales, en el sonido o en un objeto y practique la atención plena. Si quieres conocer distintas maneras de practicar Mindfulness, puedes leer nuestro artículo: “5 ejercicios Mindfulness para mejorar tu bienestar emocional”.

6. Métodos de distracción
Si empleamos distracciones adecuadas podemos interrumpir, aunque sea temporalmente, el pensamiento que nos provoca ansiedad: parada de pensamiento, lectura, ocio, pasear, entre otros.

7. Psicofármacos
Es posible que su ansiedad tenga un componente físico. Si su médico confirma que su dolencia no es física sino mental, puede solicitar cita con un psiquiatra y que unos ansiolíticos puedan ayudarle. Los medicamentos pueden ser de mucha utilidad aunque también debe poner de su parte. No se le ocurra automedicarse aunque otra persona le haya dicho que le haya ido bien.

Las recaídas cuando uno sufre ansiedad
En caso de haber estado o estar asistiendo a psicoterapia no se tome las recaídas como un fracaso, sino algo de lo que podemos aprender y conocernos mejor para poder prevenirlo en un futuro.

Antes de finalizar, un consejo...
Y recuerde, por supuesto, que la ansiedad es como nuestro guardián interior. Aprender de ella, aprender a manejarla, puede ayudarnos a estar alerta ante las situaciones correctas y a salir airosos de nuestros retos personales del día a día. Con estas siete técnicas y estrategias para reducir la ansiedad puedes estar más cerca de poner un nuevo rumbo en tu vida.

Menú para tu sistema inmunológico

Menú para tu sistema inmunológico
 
La alimentación puede ser nuestra mejor aliada para fortalecer nuestras defensas y prevenir que padezcamos una gripe durante este invierno. Por eso, debemos prestar especial atención a lo que comemos durante esta época del año, particularmente propensa a la inmunodepresión.

La mejor dieta es aquella que es equilibrada y que se combina con un estilo de vida saludable. Pero es que además, si introducimos en la misma ciertos alimentos de temporada que conllevan un fortalecimiento de nuestras defensas estaremos ayudando a nuestro sistema inmunológico a defenderse frente a los agentes externos que puedan debilitarlo. Por ello siempre es recomendable que, además de tomar un antigripal en el caso de que estemos ya enfermos, añadamos a nuestra cesta los siguientes alimentos:

Cítricos
Frutas como el limón o la naranja, al igual que las verduras de hoja verde como las espinacas, son ricas en Vitamina C. Ésta ayuda a aumentar y fortalecer las defensas, además de a aliviar los síntomas en el caso de que ya hayamos contraído una gripe o resfriado.

Ajo y cebolla
Ambos tienen un componente antiviral y antibacteriano que nos protege de contraer infecciones. Además, no sólo incrementan nuestras defensas sino que también mejoran nuestra respuesta frente a virus y bacterias y favorecen el proceso de curación.

Alimentos antioxidantes
En este grupo podemos incluir frutas y verduras como la remolacha, el brócoli, o la granada. Su poder antioxidante impide el efecto perjudicial de los radicales libres en nuestro organismo, además de ayudar a eliminar las toxinas y fortalecer el sistema inmune.

Huevos
Este alimento contiene dos minerales esenciales para nuestras defensas, que son el zinc y el selenio. Además, su composición es muy rica en vitaminas, ácidos grasos y proteínas de alto valor bilógico, por ello es recomendable incorporarlos a nuestra dieta si queremos prevenir una infección.

Alimentos fermentados
Las bacterias vivas que contienen son una fuente de probióticos, que nos ayudan a potenciar el buen crecimiento de la flora bacteriana, produciendo efectos beneficiosos no sólo en el sistema digestivo, inmunitario y en el resto del organismo. En este grupo se encuentra el yogur, el queso y nuevos productos que se están introduciendo en nuestra dieta como el kéfir.

Alimentos ricos en vitaminas A, B y E
En los alimentos rojos, en los vegetales verdes y en otros productos, como la zanahora y la calabaza, podemos encontrar la vitamina A, un componente que ayuda a mejorar la inmunidad de nuestra piel. En cambio la B (B1, B2, B5 Y B12), que sirve para aumentar nuestras defensas, está más presente en legumbres y cereales, además de en lácteos o en determinados pescados. Un efecto que también produce la vitamina E, que podemos encontrar por ejemplo en el aceite de oliva o en los frutos secos.

Jengibre
Como complemento, podemos incorporar esta raíz de la cocina asiática, conocida por sus propiedades medicinales. Además de ayudar al sistema digestivo y circulatorio, el jengibre también combate los virus y bacterias dañinos, ya que es rico en nutrientes como el potasio, la niaciana y la vitamina C, además de contar con propiedades expectorantes, antitusivas y antiinflamatorias, lo que nos puede ayudar a combatir varios de los síntomas de la gripe o el resfrío.

Ansiedad, cómo atravesarla

Ansiedad, cómo atravesarla
 
Podemos ser víctimas de la ansiedad por muchos motivos. Un hecho dramático, los nervios antes de un momento clave o incluso una imaginación portentosa que nos hace ver más allá de lo que hay, pueden hacernos sufrir sus síntomas. Por eso es tan importante saber superar la ansiedad.
Pero, sea cuál sea el motivo, todos tienen en común dos cosas. La primera es que es necesario calmarse para seguir adelante. La segunda es el síntoma físico que provoca el cortocircuito que da lugar a la ansiedad y sí que podemos controlar.

“Libérate de la ansiedad, piensa que lo que debe ser, será, y sucederá naturalmente”. Facundo Cabral-

1. Controla la respiración
Es indiferente qué te haya hecho entrar en estado de ansiedad. En todos los casos se produce una respiración entrecortada que causa una especie de cortocircuito en tu cuerpo y en tu mente. La respiración se vuelve rápida y superficial, lo cual desencadena el resto de síntomas de la ansiedad.
En otras palabras, si eres capaz de controlar la respiración podrás controlar el resto de síntomas de la ansiedad. Pero, ¿cómo se puede controlar la respiración en estas condiciones? La verdad es que es más sencillo de lo que parece. Cuando estamos nerviosos, por lo general, solemos adoptar una respiración superficial. Por tanto, lo ideal es pasar a una respiración profunda y abdominal. De esta forma, relajamos el cuerpo y al mismo tiempo el Sistema Nervioso Central.

Regla 7/11
Para controlar la respiración solo tienes que seguir estos sencillos pasos. Aplicar la conocida como regla 7/11 te ayudará a superar la ansiedad:

Detente.
Concéntrate en tu respiración, sin pensar en nada más.
Inhala todo lo profundo que puedas mientras cuentas mentalmente hasta 7.
Exhala lentamente mientras cuentas mentalmente hasta 11
Haz esto durante un minutos. Si a la primera no lo consigues no te preocupes. Repítelo otra vez hasta que los consigas. La clave está en que la exhalación sea más larga que la inhalación. A través de la respiración lograremos cierta calma, por ello es tan importante practicarla. Es una técnica muy potente y muy útil, sobre todo, porque siempre va con nosotros.

2. Prepárate ante situaciones que te causen ansiedad
Muchas veces somos conscientes de los eventos que nos pueden provocar ansiedad, bien porque ya hemos pasado por ellos, bien porque el simple hecho de pensar en ellos nos altera. En estos casos, es necesario prepararse para no ser víctimas de la ansiedad. Cuando empieces a sufrir las primeras respuestas físicas a la ansiedad ante un evento que todavía no ha pasado es cuando tienes que empezar a poner remedio. No dejes que la ansiedad se apodere de ti.

Las primeras respuestas empezarán con una aceleración de la respiración que se traducirán en sudor frío, manos húmedas, mal humor, movimientos descoordinados y otros síntomas que harán que tu mente esté todavía más débil en el momento de la verdad. Tu imaginación hará el resto.
Si te encuentras en esta situación, aplica la regla 7/11. No trates de justificar, no intentes entender la situación y no te propongas racionalizar lo que te está ocurriendo hasta que seas capaz de controlar tu respiración. Y, para hacerlo, intenta no juzgar la situación. El alejamiento emocional de la situación nos ayuda a neutralizar el estrés y la ansiedad. Así te prepararás para el momento definitivo y te será más fácil calmarte si vuelves a sentirte ansioso.

3. Domina tu imaginación
La imaginación tiene una función que cumplir y es la responsable de que tengamos objetivos y metas, de que seamos capaces de planificar nuestra vida y de que podamos soñar. Pero, a veces, la imaginación puede jugarnos una mala pasada y hacer que sea complicado superar la ansiedad .

Cuando estamos ante la expectativa de algo o surge una nueva circunstancia, lo natural es pensar en lo que pasará. Normalmente somos capaces de imaginar escenarios que podríamos clasificar en una escala que vaya de los más favorables a los menos.
Sin embargo, hay personas que solo son capaces de imaginar los de la parte baja de la escala y, por lo tanto, sobrestiman la probabilidad de que ocurran escenarios negativos. Esto es habitual cuando la persona tiene la visión de que el mundo es un lugar hostil, lleno de trampas puestas y diseñadas para que caigamos.
Controlar la ansiedad que nos provoque este pensamiento -si lo tenemos- mediante la regla 7/11 nos va a colocar en un lugar para estimar de forma realista las probabilidades de los diferentes escenarios.

4. Racionaliza tus emociones para superar la ansiedad
En estado de ansiedad es muy difícil pensar con claridad. La mente se nubla. Las emociones nos dominan. Es cuando las emociones se diluyen cuando podemos empezar a calmarnos. Racionalizando las emociones podemos cambiar el interruptor cerebral y pasar del cerebro emocional al cerebro pensante.

Para ello, piensa en una escala del 1 al 10 y dale un valor a tu propio miedo. Haciendo esto, tu cerebro empezará pensar y luchará contra el dominio emocional. Una vez que le hayas dado un valor a tu miedo, visualiza el valor como si fuera un termómetro y siente como baja el nivel poco a poco y consigues superar la ansiedad.

Reflexión final
Es importante conocer técnicas para afrontar la ansiedad cuando esta nos invade. Sin embargo, dicen que uno de los mejores ataques es una buena defensa, es decir, ¿qué tal si entrenamos nuestra mente para prevenir estas situaciones? Del mismo modo que entrenamos nuestro cuerpo en el gimnasio para estar fuertes y sanos y prevenir dolores físicos, también podemos entrenar la mente. De esta forma, un gran número de situaciones que antes tenían el poder de provocarnos ansiedad, ahora dejarán de tenerlo. Habremos tomado el control de la situación de antemano y nos habremos adelantado.