Tras haber realizado un procedimiento quirúrgico para tratar la obesidad, se espera que el paciente pueda llegar a perder hasta un 70% del sobrepeso que le afectaba, lo que presenta secuelas estéticas que pueden ser importantes.
La cirugía estética post bariátrica es la respuesta para disfrutar de un físico armonioso y equilibrado.
¿Qué es y quién debe realizarse una cirugía post bariátrica?
Se realiza una cirugía bariátrica con la finalidad de tratar la obesidad, reduciendo así toda la morbilidad asociada a esta importante enfermedad.
El paciente previa a la cirugía experimenta una pérdida de peso gradual muy significativa.
Esto se traduce en una gran mejora en su calidad de vida, pero también supone un impacto estético que no debe dejar de tenerse en cuenta.
Al reducir de forma drástica la masa corporal, la piel no es capaz de adaptarse o retraerse en proporción al peso que se está perdiendo, lo que finalmente causa una importante flacidez, observándose excesos cutáneos en los muslos, los brazos, el abdomen, el pecho y el rostro.
Estas características secuelas tienen un impacto negativo sobre la salud emocional del paciente, al privarlo de seguridad y autoestima.
Y también impactan sobre la salud física, dado que estos pliegues de piel descolgada suponen un foco de infección cutánea.
En base a estos antecedentes, se puede definir la cirugía post bariátrica como un conjunto de técnicas quirúrgicas que permiten eliminar el exceso de piel que presenta el paciente, eliminando los pliegues y tensando los tejidos, logrando así un aspecto corporal armonioso y sin desequilibrios.
Un ejemplo de cirugía plástica post bariátrica es la lipectomía abdominal o abdominoplastia, una cirugía que consiste en la eliminación del exceso de grasa y piel, así como, en la reparación del tejido muscular abdominal dañado o debilitado.
La cirugía post bariátrica antes y después
La cirugía reconstructiva post bariátrica permite la recuperación de la estética y la funcionalidad de la piel; y lo hace de una forma segura siempre y cuando el paciente se ponga en manos de profesionales médicos especializados y de impoluta trayectoria.
En un procedimiento de cirugía reparadora post bariátrica los excesos de piel son retirados de las zonas anatómicas afectadas.
Obviamente con una meticulosa programación previa que les permite a los cirujanos optimizar el tiempo empleado en esta intervención, el cual puede variar, ya que se combinan varias cirugías a la vez.
Finalmente, los excesos de piel tras ser sometidos a una cirugía estética post bariátrica desaparecen, siendo sustituidos por cicatrices lo más estética posibles y que incluso en ocasiones pueden quedar ocultas por pliegues naturales de la piel.
El hecho de readaptar los tejidos a la nueva situación corporal del paciente tiene un impacto extremadamente positivo en la calidad de vida del mismo, ya que sus expectativas estéticas se ven completadas, pudiendo volver a disfrutar así de emociones imprescindibles como la autoestima o la seguridad.
El después de una cirugía de estas características no solo conlleva beneficios estéticos, ya que por ejemplo, el deshacerse del exceso de piel de los muslos, permite que el paciente pueda volver a caminar con total normalidad, ya que estos excedentes cutáneos dificultan algo tan cotidiano como la marcha.
Además, ante importantes excedentes de tejido cutáneo no existe ninguna otra alternativa a este problema, que únicamente puede ser solventado mediante resecciones quirúrgicas.
En esencia, podemos concluir que después de una cirugía post bariátrica, el paciente por fin tiene la percepción de haber finalizado el tratamiento que inició mucho tiempo atrás cuando empezó a combatir su obesidad.
CUIDADOS Y REVISIONES DESPUÉS DE LA INTERVENCIÓN
La condición previa más importante que debe darse antes de una cirugía post bariátrica es la estabilidad en el peso corporal, ya que la principal finalidad de este proceso es ajustar la piel a la masa corporal.
Obviamente, la preparación que requiere esta cirugía es más amplia, el paciente debe ser previamente evaluado por un cirujano especializado, quién tendrá en cuenta las siguientes consideraciones:
Control de posibles enfermedades existentes, como por ejemplo diabetes.
Ajuste del tratamiento farmacológico, especialmente en aquellos casos donde se tomen anticoagulantes o antiagregantes plaquetarios.
Estado nutricional del paciente e introducción de posibles suplementos nutricionales que sean necesarios.
Estudio previo con técnicas de diagnóstico por imagen.
De la misma forma que es importante prepararse adecuadamente para la cirugía post bariátrica también resultan de gran importancia los procesos y cuidados post-operatorios:
El paciente permanecerá hospitalizado durante un periodo de 24 a 72 horas.
Tras el alta hospitalaria será imprescindible realizar varias visitas con el equipo médico para el adecuado seguimiento del proceso post operatorio.
La retirada de los puntos de sutura suele realizarse a los 12 días y la primera etapa de recuperación concluye aproximadamente a los 15 días, cuando el paciente puede retomar su actividad cotidiana y laboral; eso sí, siempre exceptuando actividades físicas extenuantes.
Debemos tener en cuenta que el proceso de recuperación puede prolongarse dependiendo de la complejidad de la cirugía realizada.
Dependiendo de la zona o zonas intervenidas podrá ser necesario el uso de prendas postoperatorias durante el primer mes.
Los resultados de esta intervención quirúrgica podrán valorarse debidamente al cabo de 1 mes.
Durante el proceso post operatorio es cuando puede resultar más necesario contar con un equipo médico de gran calidad profesional y humana, que haga acto de presencia para responder a las dudas del paciente y para garantizar los mejores resultados post quirúrgicos.
La cirugía bariátrica ha demostrado ser el tratamiento más seguro y eficaz para la obesidad. Procedimientos bariátricos como el balón intragástrico, la manga gástrica, el bypass gástrico y el cruce duodenal logran pérdidas importantes de peso y, al mismo tiempo, mejoran significativamente la salud porque mejoran, y en algunos casos incluso resuelven, comorbilidades relacionadas con la obesidad. Pero a pesar del hecho de que muchas personas podrían beneficiarse de un procedimiento así, sólo el 1% de la población elegible se somete a un tratamiento quirúrgico para la obesidad, con aproximadamente 228,000 personas que reciben la cirugía bariátrica cada año en los Estados Unidos [3]. Por eso es tan importante discutir los tratamientos disponibles actualmente para la obesidad. Muchas personas no consideran que la cirugía bariátrica sea una opción posible. Simplemente no son conscientes de que esta opción existe para ellos. Y otros que conocen los procedimientos siguen siendo escépticos debido a los muchos mitos asociados con ellos.
ALGUNOS DE ESOS MITOS
Es un procedimiento de alto riesgo.
Hace décadas, la cirugía de pérdida de peso se realizaba como un procedimiento abierto. Esto significaba que el paciente tenía que ser abierto para que el cirujano pudiera extraer el estómago o intervenir los intestinos. En aquel entonces, había una tasa de complicaciones considerablemente más alta para este tipo de cirugías. Sin embargo, hoy en día la mayoría de las cirugías bariátricas se realizan mediante técnicas laparoscópicas. Con este método, el cirujano puede intervenir sin necesidad de bisturí. En cambio, el cirujano hace 6 incisiones muy pequeñas en el abdomen del paciente, a través de las cuales inserta una cámara laparoscópica y herramientas quirúrgicas largas y delgadas para maniobrar desde fuera.
Dada esta innovación tecnológica, las cirugías bariátricas hoy en día son realmente muy seguras. La incidencia de complicaciones a corto plazo varía entre el 4.9 y el 10%; la de complicaciones graves es de 3% y de muerte es el 0.2% [5]. Otra prueba de que la cirugía bariátrica es de muy bajo riesgo es el hecho de que solo tarda de 1 a 2 horas en realizarse y las estancias hospitalarias son muy cortas, de 1 a 2 noches.
Se puede evitar simplemente siguiendo una dieta y haciendo ejercicio. La mayoría de la gente asume que la obesidad se puede tratar simplemente con dietas y ejercicio, pero esto no es exactamente cierto. Las dietas y el ejercicio pueden hacerte perder una cantidad modesta de peso, a un ritmo muy lento, con el riesgo de un rápido aumento de peso. Los efectos del ejercicio por sí solo son limitados cuando se trata de perder peso. El Informe del Comité de Directrices de Actividad Física establece que el ejercicio por sí solo suele producir una pérdida de peso inferior al 3% del peso corporal inicial, en circunstancias normales y en condiciones óptimas [4]. Para ser más efectivo, el ejercicio debe combinarse con una dieta saludable baja en calorías. Pero aún así, esta combinación tiene sus propios límites:
En una revisión sistemática de intervenciones intensivas en el estilo de vida para pacientes con obesidad grave, la dieta y el ejercicio por sí solos se asociaron con una pérdida de peso de sólo el 5-8% desde el inicio a los 12 meses. Un estudio más amplio en pacientes con obesidad y diabetes demostró solo una pérdida de peso del 3.5% después de una mediana de 9.6 años con una mejora muy modesta en el control de la diabetes.
La pérdida de peso entre el 3 y el 8% puede parecer un gran avance, pero realmente no hace una gran diferencia cuando se trata de pacientes que luchan contra la obesidad y la obesidad mórbida, especialmente cuando su vida está en riesgo debido a una comorbilidad de obesidad. En esos casos, esperar un par de años por una pérdida de peso que aún puede parecer incierta presenta más riesgos.
Es la forma más fácil de salir de la obesidad. Empecemos por decir que nadie debería sufrir para salir de una mala condición de salud. Tener obesidad y riesgos para la salud ya es bastante difícil. Ahora, dicho esto, que quede claro que someterse a una cirugía bariátrica no es fácil. Los pacientes deben soportar una dieta prequirúrgica y posquirúrgica muy estricta. También necesitan ser muy disciplinados con la toma de sus suplementos vitamínicos. Y lo más importante: estos pacientes deben comprometerse de por vida a comenzar y mantener hábitos saludables para mantener su pérdida de peso. Esto incluye una dieta balanceada y rutinas de ejercicio. No hay marcha atrás. Después de la cirugía bariátrica, la vida del paciente cambia para siempre, para bien.
Con la cirugía bariátrica se pierde peso a corto plazo, pero se recupera todo a largo plazo.
Esto es completamente falso. La cirugía bariátrica ha demostrado ser un tratamiento eficaz para la pérdida de peso que ofrece resultados duraderos. Las investigaciones sobre cirugías bariátricas por lo general llevan el seguimiento de los pacientes por mínimo un año y muchos más, y, aunque existe la posibilidad de que el paciente recupere un poco de su peso después de más de 5 años, la literatura está de acuerdo en que la cirugía bariátrica logra una pérdida de peso muy significativa y que la mayoría de los pacientes logran mantenerla durante más de 20 años. En un estudio que comparó los tratamientos de cirugía bariátrica con el control tradicional de la obesidad entre 4,047 adultos suecos, se concluyó que los cambios medios en el peso corporal después de 10, 15 y 20 años fueron -17%, -16% y -18% respectivamente en el grupo de cirugía y solo 1 % para esos 3 periodos en el grupo de control.
Hay una serie de recomendaciones para reducir el riesgo de desarrollar varias enfermedades, especialmente enfermedades crónicas, como: el llevar una dieta saludable y balanceada, el hacer ejercicio regularmente, el procurar perder peso (si necesitas hacerlo para llegar a un peso sano) y mantenerlo, dejar de fumar si lo haces y tratar de evitar el estrés o aprender a manejarlo. En esta columna me voy a concentrar en los beneficios del ejercicio para reducir varias enfermedades y en la longevidad.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) dicen claramente que la actividad física regular ayuda a mejorar tu salud, tu estado físico y tu calidad de vida en general. También ayuda a reducir el riesgo de enfermedades crónicas como diabetes tipo 2, enfermedades cardíacas, muchos tipos de cáncer, depresión y ansiedad y demencia.
Como referencia, los autores le dijeron a Medscape, “una persona puede alcanzar 3000 MET minutos / semana incorporando diferentes tipos de actividad física en la rutina diaria, por ejemplo, subiendo escaleras 10 minutos, pasando la aspiradora 15 minutos, haciendo jardinería 20 minutos, corriendo 20 minutos y caminando o montando en bicicleta como transporte 25 minutos diarios. En conjunto alcanzaría alrededor de 3000 MET minutos a la semana “.
Los autores también dijeron que cualquier ejercicio es mejor que ningún ejercicio. Y que, para las personas sedentarias, sus médicos podrían animarlos a incorporar la actividad física en sus rutinas diarias, [como] convertir las tareas del hogar en ejercicio. También que era importante considerar que no detectaron un umbral para los beneficios, y recomendaron más actividad en todos los niveles, tomando en consideración la condición general de las personas.
Otro estudio reportado en línea por The Lancet, que incluyó a más de un millón de personas, también concluyó que la inactividad lleva a 5.3 millones de muertes prematuras anualmente a nivel mundial, que son tantas como las causadas por el tabaquismo y el doble de las asociadas con la obesidad. El estudio indicó que una hora de actividad de intensidad moderada, como caminar a paso ligero o andar en bicicleta, compensa los riesgos para la salud de 8 horas de estar sentado. En los últimos años, parece que “sentarse por periodos prolongados es el nuevo hábito de fumar”.
En cuanto a la cantidad de ejercicio:
Por ejemplo, en relación con la diabetes, comparado a los que no hacían ejercicio, los que hacían 600 METs por semana (que es lo mínimo recomendado) disminuían su riesgo de desarrollarla en un 2%. Pero si aumentaban a 3,600 METs por semana, su riesgo de desarrollarla disminuía en un 19%. Por arriba de eso, aumentando la actividad, no se obtenía mucha mayor reducción en el riesgo.
Es mucho más sencillo medir la actividad física utilizando podómetros o cuentapasos.
La Asociación Americana del Corazón recomienda:
Realizar 150 minutos de actividad aeróbica moderada, o 75 minutos de actividad aeróbica intensa, a la semana (o una combinación de ambas) como mínimo. De preferencia distribuido a lo largo de la semana.
Moverse más y sentarse menos durante el día.
Aumentar la intensidad a medida que te vuelves más activo. Aumenta el tiempo o la intensidad para obtener más beneficios.
Aumentar la masa muscular. Incluir actividades de fortalecimiento muscular de intensidad moderada a alta (como ejercicios de resistencia o entrenamiento con pesas) mínimo dos veces por semana.
Sentirse mejor. El ejercicio mejora el sueño, la memoria, el equilibrio y la capacidad cognitiva. Disminuye el riesgo de sobrepeso, de enfermedades crónicas, demencia y/o depresión.
Varios estudios epidemiológicos han demostrado que las personas activas que hacen ejercicio regularmente son mucho menos propensas que las inactivas a morir prematuramente. Pero también es cierto que, si se deja de hacer ejercicio los beneficios, incluyendo la longevidad, disminuyen o incluso, pueden desaparecer.
Para evaluar esto, unos investigadores del National Cancer Institute y otras agencias, utilizaron datos del N.I.H-AARP Diet Health Study que se inició en 1995 y que incluyó a cientos de miles de hombres y mujeres de entre 50 y 71 años. El estudio se publicó en JAMA Network Open. Se les preguntó a los participantes, entre otras cosas, que recordaran su actividad física a través de su vida (incluyendo caminatas, deportes, jardinería, quehaceres en la casa, etc.). Lo dividieron en periodos: adolescencia, de los 19 a los 29, durante los 30s, entre los 40 y los 61 (si se aplicaba) y en los últimos 10 años.
En un estudio posterior, tomaron esos datos de alrededor de 315.000 hombres y mujeres que habían completado los cuestionarios 13 años antes y los pusieron en diferentes grupos de acuerdo con sus características en cuanto a sus hábitos de ejercicio. Luego, compararon su riego de muerte de acuerdo con el National Death Index para muerte y su causa (controlando factores como si eran fumadores, su índice de masa corporal y otros factores de salud).
Los que eran sedentarios durante toda su vida eran los que tenían más probabilidades de haber muerto, especialmente de una enfermedad cardiaca. Por otro lado, los que habían hecho ejercicio regularmente por varias horas a la semana, tenían 30 a 35% menos probabilidades de haber muerto de cualquier causa y 40% menos probabilidades de haber muerto de un ataque al corazón que las personas consistentemente inactivas.
Las personas que habían dejado de hacer ejercicio por una o dos décadas pero que empezaron a hacerlo de nuevo en sus 40s o 50s por un par de horas a la semana, tenían la misma protección contra muerte prematura que los que siempre habían hecho ejercicio. Por el otro lado, las personas que habían estado activos como adolescentes y adultos jóvenes pero se volvieron sedentarios en la mediana edad perdieron los beneficios de longevidad.
Si bien es cierto que este estudio es observacional y hay otros factores como la dieta, el peso, los genes y las condiciones socioeconómicas que no están consideradas y que pueden tener una influencia importante, los autores del estudio dicen que el mensaje es: Si haces ejercicio, continúa haciendo ejercicio. Y si no has estado activo últimamente, parece que no es demasiado tarde, incluso si estás en la mediana edad, para comenzar a hacer ejercicio y cosechar los beneficios de la longevidad.
Convierte el ejercicio en una meta. Si puedes, hazlo un juego, una cita, lo que sea necesario para que realices, idealmente, 150 minutos de actividad moderadamente intensa a la semana. No caigas en la trampa del todo o nada. Si no puedes asistir a tu clase de Pilates o no tienes tiempo para tu caminata de 30 minutos, da algunas vueltas alrededor de la cuadra, haz unos minutos de saltos y flexiones o sube y baja escaleras. Hacer algo siempre es mejor que nada. Piensa en todos los beneficios del ejercicio para tu salud. Incluyendo extender tu longevidad.
Detalles de la la ley de etiquetado frontal
El dictamen dispone la incorporación de una etiqueta en forma de octógono negro y letras blancas en el frente de los envases -no debe ser inferior al 5% de la superficie ni puede estar cubierto por otro elemento- de los productos ultraprocesados, que advierta el exceso de nutrientes críticos para la salud. Entre ellos se enumeran los azúcares, el sodio, las grasas saturadas, las grasas totales y las calorías. Además determina que los productos que contengan entre sus ingredientes edulcorantes o cafeína lo informen ya que el consumo no se recomienda para niños y niñas.
Por otro lado, la ley también establece la prohibición de emitir publicidad comercial a niños, niñas y adolescentes de productos con sellos de advertencia y que además, estos productos con más de un sello, no puede incluir dibujos animados, personajes, figuras públicas, regalos ni elementos que llamen la atención a los más chicos.
En lo que refiere al Estado se expresa la prioridad en la compra de alimentos sin estos sellos para evitar el consumo. Se exceptúa de la colocación del sello en la cara principal al azúcar común, aceites vegetales, frutos secos y sal común de mesa.