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Calcio, escencial para fortalecer los huesos evitando la osteoporosis

Calcio, escencial para fortalecer los huesos evitando la osteoporosis

A medida que envejeces, tus huesos podrían debilitarse y volverse frágiles, a esta condición se le conoce como osteoporosis. El calcio, entre otras cosas, puede ayudarte a mantenerlos fuertes. Aquí te contamos cómo obtenerlo y qué más puedes hacer para que tus huesos se enfrenten al paso de los años y no pierdan la batalla.

La primera vez que Adriana escuchó hablar de la osteoporosis todavía era una niña. Fue cuando su abuela se cayó al levantarse de la cama y se fracturó (quebró) la cadera. Luego supo que, en realidad, su abuela se había caído porque su cadera se quebró y no al revés, que eso es producto de una enfermedad que va debilitando los huesos denominada osteoporosis, que puede ser hereditaria y que se presenta con más frecuencia en las mujeres.

También sabe que la edad es un factor importante para el desarrollo esta enfermedad – la posibilidad de tener osteoporosis aumenta con los años – y si bien todavía es joven le gustaría aumentar las posibilidades de mantener sus huesos fuertes y evitar que le ocurra lo mismo que a su abuela.

Buscando una respuesta para esta inquietud, se enteró que el calcio es imprescindible para fortalecer los huesos, aun cuando no tienes osteoporosis, ya que los huesos se van debilitando a medida que envejeces. De ese modo, supo que mantener una dieta rica en calcio podría ayudarla a mantener sus huesos fuertes y se puso manos a la obra.

El calcio es especialmente importante, no sólo para la salud de los huesos; también el corazón, los músculos y los nervios lo necesitan para funcionar correctamente. Hasta la sangre lo requiere para la coagulación.

Si no consumes el calcio que tu cuerpo necesita en tu dieta, lo que recibas se saldrá de los huesos y pasará a la sangre y a otras partes de tu organismo para poder llevar a cabo otras funciones vitales. Afortunadamente, hay una variedad de fuentes naturales sabrosas que pueden aportarte calcio y que puedes incorporar en tu menú diario. Entre los alimentos que contienen calcio puedes elegir:

Leche, queso, yogurt y lácteos en general, que en general vienen fortificados (es más saludable si seleccionas los bajos en grasa o desgrasados).
Sardinas, salmón y otros pescados grasos.
Vegetales verdes de la familia de las coles (coliflor, brócoli, repollo, etc.).
Semillas de sésamo y otras.
Frutas secas (nueces, almendras, avellanas, maní o cacahuate, etc.).
Alimentos fortificados, como los cereales.
Alimentos elaborados con soya
En algunos casos, cuando la cantidad de calcio obtenida a través de los alimentos no es suficiente, puedes tomar suplementos de calcio, pero antes de incorporarlos a tu dieta es importante que consultes con tu médico, ya que así como ingerir poca cantidad de calcio no es saludable, tampoco lo es excederse. Recuerda que cuando lo obtienes de los alimentos, te proporciona otros nutrientes. Por cierto que en un artículo previo al hablamos de cuánto calcio se recomienda diariamente, también incluye la cantidad de calcio que contienen varios alimentos.

Ahora que ya sabes qué alimentos pueden ayudarte a mantener tus huesos fuertes, ya puedes comenzar a crear tu dieta para que no falten ingredientes que te aporten calcio.

Además, hay otras dos claves que debes tener en cuenta para que el calcio pueda hacer su trabajo dentro de tu cuerpo:

Evita la sal: es la mayor responsable de que pierdas calcio, ya que hace que lo elimines con la orina.
Toma sol (10 minutos por día, fuera de las horas en que sus rayos son más fuertes, eso es suficiente): los rayos solares permiten que tu cuerpo produzca una vitamina que va de la mano del calcio, la vitamina D, que se encarga de que tu cuerpo absorba apropiadamente el calcio que aportan las comidas.
Consume alimentos con vitamina D. Pero no te excedas: la clave es el equilibrio.
Por último, otra cosa que le hace bien a tus huesos es mantener un peso adecuado ya que los kilos o libras de más también deben ser soportados por ellos. Por eso es aconsejable que hagas ejercicios regularmente. Una buena opción son las actividades aeróbicas y deportes al aire libre, como caminar, bailar, andar en bicicleta y hacer yoga, entre otros.

Adriana ya está combinando su dieta con una rutina de ejercicios porque quiere tener huesos fuertes por muchos años más. ¿Y tú, te has puesto a pensar cómo ajustar tu rutina para fortalecer tus huesos y evitar la osteoporosis?
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

Algunas reglas para vivir una larga vida a pesar de la diabetes

Algunas reglas para vivir una larga vida a pesar de la diabetes

Hay algo mejor que rendirte y deprimirte ante el diagnóstico de diabetes, y es adoptar ciertas medidas, dentro de tu estilo de vida, para vivir mejor a pesar de la condición. Aquí te incluyo unas cuantos:

1. Mantente informado(a) sobre la diabetes
¿Qué tipo de diabetes tienes? ¿Diabetes tipo 1 o diabetes tipo 2? ¿Sabes la diferencia entre una y otra? ¿O las consecuencias de no controlar tus niveles de glucosa en la sangre? Este es el momento de informarte y aprender lo más que puedas sobre esa condición con la que deberás vivir el resto de tus días. Tu doctor(a) puede indicarte dónde buscar información confiable y segura. Constantemente hay información sobre tratamientos nuevos y formas de enfrentar la diabetes. Desde medicamentos con diferentes mecanismos de acción, a diferentes tipos de insulina, novedades acerca de los alimentos que debes consumir o evitar, etc. En Vida y Salud hay una sección completa dedicada a la diabetes. Revísala frecuentemente para mantenerte al día.

2. Confía en tu equipo médico, es más, únete a él
La comunicación periódica con tu médico es fundamental para que puedas controlar, con su guía tus niveles de glucosa en la sangre. Mantén un buen registro de tus visitas y no te saltes ninguna. Pero además, hay otros especialistas a los que debes acudir, al menos una vez al año (el dentista y el oftalmólogo por ejemplo). Además del equipo de apoyo que incluye al nutricionista certificado y, si te lo indica, el educador que te enseñe a inyectarte, etc.

3. Mide frecuentemente los niveles de glucosa en tu sangre
Para saber si el nivel de azúcar en tu sangre está elevado o no, es crucial para controlar la diabetes. No pases por alto este paso. Consulta estos datos para que sepas cuándo y cómo debes hacerlo.

4. Tu dieta es muy importante
Una dieta balanceada es vital para la salud de todos. Pero para los diabéticos lo es mucho más. Lo que comes y la cantidad que comes influye directamente en el nivel de la glucosa en la sangre. En tu caso, la clave radica en el control de las porciones y de los carbohidratos. Tu médico o un nutricionista te pueden indicar qué alimentos te convienen y cuáles debes evitar. Para comenzar, te recomiendo que consideres las ventajas de una dieta de tipo mediterráneo, así como implementar el sistema de intercambios al planificar tus comidas. Y desde luego, recuerda que es importante procurar comer a la misma hora y nunca saltarte ninguna comida.

5. Haz ejercicio
Cada vez más estudios indican que el ejercicio (aunque sea sólo caminar 20 minutos al día) es fundamental para controlar la diabetes. Además, te ayuda a mantener un peso saludable, algo que también es importante para evitar complicaciones con esta condición. De hecho, algunas personas que han logrado perder el sobrepeso han podido revertir la diabetes tipo 2. ¡Haz la prueba!

6. Cuidado con la sal
¿Sabías que los diabéticos también tienen que controlar la sal que consumen? Esto es para evitar la presión alta (hipertensión) y su consecuente daño en los riñones. Limita la cantidad de sal que agregas en tu comida. También lee cuidadosamente las etiquetas de los alimentos procesados, ya que muchos contienen mucho sodio. ¡Ten precaución!

7. Ni se te ocurra fumar
Si quieres vivir lo máximo posible, “¡Evita el cigarrillo!”. El hábito de fumar es uno de los factores de riesgo que influye en el desarrollo de la diabetes tipo 2. Pero si ya te han diagnosticado diabetes, es muy importante que dejes de fumar cuanto antes. Según datos de la Asociación Americana del Corazón (American Heart Association), alrededor del 22 por ciento de los adultos con diabetes fuman, lo que los pone en mayor riesgo de desarrollar complicaciones, y no sólo del corazón o los pulmones, sino también daño en las terminaciones nerviosas (neuropatía) y enfermedad renal. Desde luego que los diabéticos que fuman, tienen tres veces más riesgo de morir debido a complicaciones cardiovasculares que los que no fuman y, tienen mayor dificultad para mantener sus niveles de glucosa en la sangre en rangos saludables, el tabaco los eleva.

8. Cuidado con las infecciones de la piel
Las personas con diabetes son más propensas a sufrir resequedad, lesiones e infecciones por hongos o bacterias en la piel, pero además, padecen otras condiciones que afectan solamente a la piel de los diabéticos. Si notas cualquier cambio, enrojecimiento, inflamación, picazón o escamas en la piel del cuerpo o del rosto, consulta con tu médico. Quizás debas visitar a un dermatólogo para controlar la condición.

9. Extrema los cuidados de tus pies
La diabetes reduce la circulación en la sangre, especialmente en las extremidades. Esto hace que sea más difícil que tu cuerpo se recupere de lesiones o heridas. Además, como la diabetes también daña los nervios, podrías no sentir alguna herida que aparezca en los pies. Por eso es muy importante los revises cuidadosamente todos los días, para asegurarte que no tengas ninguna lesión. Y si notas algo, que la atiendas de inmediato antes de que se infecte y se complique.

10. Reduce el estrés
El estrés puede tener un efecto especialmente negativo si padeces de diabetes: podría hacer que te olvides de tomar tus medicamentos, de medirte los niveles de glucosa en la sangre… ¡O hacer que comas – o bebas – lo que no debes! Además, las hormonas del estrés pueden alterar tu glucosa. Para evitarlo, podrías hacer ejercicios de respiración, inscribirte en una clase de ejercicios, de meditación o de otra cosa que te ayuda a relajarte. ¿Qué te parecen unas clases de música o baile? Busca una actividad que te ayude a mitigar el estrés. ¡Verás que surten efecto, a la vez que te diviertes!

Motívate a comenzar los cambios hoy mismo para que vivir con diabetes no se te haga una carga tan pesada. Si lo haces, estarás tomando tú el control y asumirás la condición con responsabilidad y disciplina, factores determinantes para controlar y vencer cualquier problema de salud.

Seguimiento inmediato tras cirugía bariátrica

Seguimiento inmediato tras cirugía bariátrica
Comida tras un bypass 

Nuestra nutricionista te llevará de la mano y contactará contigo semanalmente. Tras la cirugía tomarás líquidos durante 10-14 días y purés durante 10-14 días más con una textura cada vez más “potente”. Los líquidos vuelven a ser batidos de proteínas, caldos, zumos y lácteos. El puré inicial lleva caldo, clara de huevo y sémola y el más “grueso” lleva patata, pollo y va diluido con caldo. El día 20 postcirugía puedes asistir a una cena de amigos y comer media croqueta (sin trocitos) y 2/3 de un pescado blanco sin que nadie note que estás operad@.
Desde el día 25-30 la dieta es libre aunque hay que ir probando comidas diferentes porque algunas inicialmente te pueden caer “raro”. Nosotros te iremos explicando todo esto.

Actividad física tras cirugía de obesidad

Puedes andar el mismo día de la cirugía, y los días siguientes sin problemas. Recomendamos el primer mes, hasta que el paciente pueda comer cantidades de proteínas correctas solo andar o ejercicios suaves (elíptica o cinta suave).
A partir del primer mes pueden hacerse ejercicios intensos, aunque Celeste adaptará tu ejercicio a tus hábitos de ejercicio, tu edad y tu índice de masa corporal.

Vuelta al trabajo tras cirugía bariátrica

Un autónomo con una actividad laboral no intensa puede trabajar al 10º día postcirugía. Un trabajador por cuenta ajena, con nuestro informe de alta del hospital podrá reincorporarse a los 10-14 días de la cirugía con facilidad. La clave de la diferencia es la flexibilidad horaria. Si el paciente puede ir de 9 a 14 y decir “esta tarde no vuelvo que estoy cansado”, entonces puede trabajar en 4-5 días desde la cirugía, pero si debe cumplir un horario estricto necesita más días. El motivo no es que el paciente sienta dolor, sino que como toma pocas proteínas (porque a su vez toma poco volumen) está “flojo” y nota lo que llamamos “fatiga postoperatoria”: cansancio antes de lo normal y necesidad diaria de 1-2 horas más de sueño durante algunos días.

El ejercicio: una forma estupenda de fortalecer huesos y articulaciones

El ejercicio: una forma estupenda de fortalecer huesos y articulaciones

Los problemas en las articulaciones son muy comunes en los adultos, sobre todo en la tercera edad, ya que estas se gastan con el paso del tiempo y pueden causar dolor. Un consejo para disminuir el efecto del paso de los años es hacer ejercicio. Descubre qué tipo de actividad es mejor para mantener tus articulaciones fuertes y sanas.

“Los años no vienen solos”, dice el dicho popular. Y el cuerpo lo sabe muy bien. Es frecuente, por ejemplo, que con el paso del tiempo aparezcan dolores en las articulaciones y nos cueste más trabajo hacer ciertos movimientos que de niños nos resultaban tan sencillos y naturales.

La articulación se encuentran en donde se unen dos o más huesos, como la rodilla, la cadera, el codo o el hombro. Esta puede dañarse por muchos motivos, como la artritis o su uso continuo, que hace que se desgaste y cause dolor, rigidez e inflamación.

Afortunadamente, aunque no podamos detener la rueda del tiempo, hay dos acciones que si podemos tomar para demorar sus efectos en la salud: una alimentación sana y una rutina de ejercicios. Por ejemplo, la actividad física regular te ayuda a:

Mantener la densidad de los huesos a medida que envejeces.
Disminuir el dolor en las articulaciones.
Evitar esos kilos o libras de más que pueden ejercer más peso sobre las articulaciones.
Mantener el equilibrio y, de ese modo, evitar caídas que puedan dañar tus huesos y tus articulaciones.
Y si de ponerse en movimiento se trata, hay algunas actividades que son más efectivas que otras para mantener las articulaciones sanas y protegidas. Toma nota:

Ejercicios de fortalecimiento: tener músculos más fuertes ayuda a hacer más lenta la pérdida de la densidad ósea y prevenir la osteoporosis, así como a proteger las articulaciones. Se pueden hacer usando pesas, máquinas, bandas o simplemente el peso de tu propio cuerpo. Pero hay que hacerlos bien para que no te lastimes y para que obtengas los beneficios.

Ejercicios aeróbicos: están diseñados para aumentar la circulación de oxígeno en tu cuerpo. Pueden ser de fuerza o resistencia, como subir escaleras, bailar o caminar, o más livianos, como montar en bicicleta o nadar. Los primeros aceleran el ritmo cardíaco y te ayudan a mantener los huesos fuertes y las articulaciones saludables mientras que los segundos salen al rescate de los músculos, el corazón y los pulmones, aunque no son la mejor opción para reforzar los huesos.

Ejercicios de flexibilidad y equilibrio: te ayudan a mantener la capacidad de los movimientos. Por ejemplo, puedes hacer estiramiento, yoga o Tai Chi, al menos tres veces por semana, teniendo cuidado de no estirarte demasiado y de precalentar el cuerpo unos minutos antes, para evitar lesiones.
Los ejercicios en el agua también han demostrado ser efectivos para fortalecer los músculos y evitar caídas. Pero sea cual fuere el que elijas, recuerda que siempre debes consultar con tu médico antes de iniciar cualquier rutina nueva de ejercicios, para que pueda orientarte y advertirte si es que debes evitar algún tipo de movimientos o actividad si tienes alguna condición de salud.

Asimismo, aprende a distinguir el “dolor sano” de un dolor por una lesión, para evitar problemas. Desde luego, empieza poco a poco, sin exigirte de más, y agrega más intensidad sólo después de un tiempo, cuando tu cuerpo esté listo para avanzar.

Con estos datos, ya estás preparado para combatir el paso del tiempo. ¿Qué esperas para ponerte en acción? Es la clave para fortalecer tus huesos y tus articulaciones.