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Miedo al cambio

Miedo al cambio

El cambio es inevitable. Es parte de la vida.
Si vences el miedo, tu futuro puede ser maravilloso.
Aprende como lograrlo.

¿Cuál es tu actitud ante el cambio?
Puedes negarlo o aceptarlo, pero no puedes evitarlo.

"En un mundo superior puede ser de otra manera, pero aquí abajo, vivir es cambiar y ser perfecto es haber cambiado muchas veces".John H. Newman (Cardenal y escritor británico).

Vivir es cambiar.
El cambio es inevitable en nuestras vidas. Estemos conscientes o no, queramos aceptarlo o no, las cosas y la gente cambian.
Ante estos cambios, nuestra forma "normal" de reaccionar (a la que estamos acostumbrados) ya no nos es útil, por lo que necesitamos buscar una nueva opción.

Cambiar significa modificar nuestra conducta o forma de pensar ante una nueva situación.
Aun sin darnos cuenta, lo que vamos viviendo va modificando nuestro carácter.Algunos aspectos se fortalecen, otros se debilitan y surgen nuevas conductas, formas de pensar, etc.

"Yo soy así y así he sido siempre", "me es muy difícil cambiar".
Son comentarios que escuchamos con mucha frecuencia.
Pero si analizas tu forma de actuar en estos momentos y la comparas con la de hace 10 o 20 años, seguramente notarás la diferencia en muchos aspectos.

El cambio nos da miedo, porque:
1. No sabemos cómo manejar situaciones nuevas o diferentes.
2. Puede provocar algún tipo de pérdida, ya sea física, moral, emocional, etc.
3. Podemos equivocarnos y ser criticados por los demás y/o por nosotros mismos.
4. La falta de control que sentimos. Esto generalmente nos angustia.

El cambio y tu carácter.
Cada persona responde de manera distinta ante los cambios.
De hecho, podemos actuar de cierta manera ante una situación nueva y de forma completamente diferente ante otra similar.

Ante el cambio, podemos:
1. Resistirnos abiertamente, atacándolo.
2. Aceptarlo aparentemente, pero tratando de boicotearlo.
3. Por ejemplo: llegando tarde, no escuchando lo que nos dicen, se nos "olvida" lo que tenemos que hacer, etc.
4. Aceptarlo, pero con una actitud de víctimas, "sufriéndolo".
5. Aceptarlo con una visión positiva.
Esto significa:
1. Recordar que nosotros podemos elegir la actitud que queremos tomar frente a él.
2. Reconocer nuestros miedos o preocupaciones para analizarlos y descartarlos o para resolverlos.
3. Recurrir a nuestras habilidades y fortalezas para examinar los posibles obstáculos y solucionarlos.
4. Tener presente que siempre podemos aprender y siempre podemos progresar.

¿Cuál es tú manera de enfrentarlo?
La manera de enfrentar el cambio, depende, en gran parte de nuestra autoestima.
Cuando nos sentimos seguros y capaces, vemos el cambio como un reto o una motivación positiva.
Cuando nos sentimos incapaces o poco valiosos, el cambio nos disgusta e incluso nos asusta.

Nuestra manera de enfrentar el cambio depende de lo que aprendimos durante la infancia o ante ciertas situaciones dolorosas.
Pero siempre podemos aprender a enfrentarlo de manera positiva, aprendiendo de él y mejorando nuestra vida.
Lo importante es no tenerle miedo y modificar las ideas y creencias falsas y nuestra forma de pensar equivocada, que han mantenido ese miedo.

¿Qué hacer?
Empieza por analizar tu actitud ante situaciones nuevas o diferentes.

¿Te angustian?
¿Qué crees que piensas al respecto?
¿Qué piensas de ti mismo, de tu capacidad para resolver tus problemas?
¿Cómo te calificas cuando cometes un error o cuando estás angustiado?

Si el problema está en tu autoestima, descubre qué vivencias crees que influyeron para que formaras ese concepto que tienes de ti.

La autoestima se forma en la infancia a partir de las vivencias, percepciones y conclusiones de un niño pequeño, con pocas herramientas. Pero se fortalece en cualquier momento con el deseo, esfuerzo e información adecuados.
No te culpes ni culpes a los demás. Recuerda que en su momento esas personas hicieron lo que consideraron correcto o lo único que podían o sabían hacer.
Busca la manera de modificar el concepto que tienes de ti mismo y de fortalecer tu autoestima.

Date el tiempo que tú necesitas para fortalecerla. No puedes ver resultados de un día para otro.
Fortalecer la autoestima es como cuidar una planta. Aparentemente no vemos los cambios.
Pero un día la vemos, recordamos cómo era antes y notamos la diferencia.

Piensa que te mereces estar bien, lograr lo que deseas y ser feliz.

Recuerda que la mayoría de nuestros temores son imaginarios o exagerados.
Si te es difícil enfrentar algo nuevo, hazlo poco a poco.

¿Necesitas más información sobre la situación que tienes que vivir?
Búscala. No tienes porqué saber todo.

¿Requieres de ayuda?
Solicítala. Acudir a alguien, no te hace menos valiosos.

Revisa tus creencias respecto a ti mismo y a la situación.
Recuerda que las opiniones y juicios equivocados o los mitos culturales, pueden ser un gran obstáculo.
Analiza tu estilo de pensamiento.
Con frecuencia, el miedo al fracaso o el miedo al éxito pueden ser nuestros principales obstáculo.

Recuerda que el que no arriesga no gana. TRABAJEMOS POR ESTE CAMBIO.

Psic. Silvia Russek
Lic. En Psicología Clínica

Como encontrar tiempo para el ejercicio

Como encontrar tiempo para el ejercicio

Entre preparar a los niños para que vayan a la escuela, ir a trabajar, ir al supermercado, cocinar, atender a la pareja, pagar las cuentas, etc., etc. ¿Cómo se puede encontrar tiempo para el ejercicio? Se puede y se debe. Sigue leyendo, lo puedes lograr.
En una sociedad con tantas demandas, es difícil hacer tiempo para ejercitar, especialmente si no es algo que ha formado parte integral de tu estilo de vida. Hay tantas cosas que tenemos que hacer, muchas otras cosas que nos gustaría hacer y también están esas otras distracciones que no elegimos hacer pero terminamos haciendo, con todo eso a veces el tiempo se nos escapa de las manos. Por esa razón es importante que te hagas la siguiente pregunta: ¿Qué es importante para mí? Si una de las cosas que deseas es un cuerpo más vital, tener más energía, mejor salud y/o sentirte mejor en relación a tu cuerpo, entonces tienes que empezar a pensar en cómo hacer que esto ocurra.
Me encuentro con muchas personas que me dicen que realmente quieren hacer ejercicio, pero cuando llega el momento de ir a una clase de gimnasia, salir a caminar o hacer algún otro tipo de ejercicios, no lo hacen una de sus prioridades, ya que todo se les interpone en el camino. Pero recuerda, si uno de los aspectos importantes en tu vida es tener más energía, sentirte más vital, sentirte bien con tu cuerpo, entonces tienes que darle prioridad a los ejercicios de la misma manera en la cual se la das a otros compromisos en tu vida.
Siéntate con tu calendario, y aunque estés muy ocupado(a), se creativa(o) para ver cómo y cuándo puedes añadir ejercicio a tu día. Una vez que lo hayas determinado escríbelo en tu calendario.
La mayoría de las personas necesita tener un plan por escrito. Eso hace que rindas las cuentas. Eso también te ayuda a saber cómo contestar cuando alguien quiere hacer planes contigo, ya que sabrás que esos momentos los estas dedicando a ejercitar. No te olvides que la vida está llena de imprevistos, nos guste o no, por lo que es una gran idea ser flexibles y amables con nosotros mismos cuando algo cambia en nuestra rutina y nos impide ejercitar. Tener un plan “b” puede ser muy útil para esos casos.
Por ejemplo, si planeas ejercitar dos veces a la semana y en una semana determinada tienes la oportunidad de hacerlo un lunes y miércoles o lunes y viernes, la primera opción podría ser una mejor opción, porque si algo no te permite ejercitar al principio de la semana, todavía tendrás la oportunidad de hacerlo al final de la semana.
Los ejercicios que haces en segmentos cortos de tiempo cuentan y puede ser muy útiles. No te sientas desalentado(a) por el hecho de que tu tiempo es muy limitado y sólo tienes 10 minutos por aquí y 7 por allá. Todos los segmentos de ejercicios que haces durante el día se suman y las porciones cortas de actividad durante el día ayudan a mantener tu energía constante.
Inclusive, para las personas con problemas de fatiga crónica o con energía baja, los esfuerzos pequeños durante el día resultan mucho mejor que segmentos de actividad largos.
Por último, acuérdate de balancear tu rutina con ejercicios de tipo aeróbicos, de fuerza y de estiramiento.
A veces pensamos que no tenemos tiempo para ejercitar porque estamos ocupados cuidando de otros, pero entre mejor te sientas mejor podrás cuidar a los demás. Acuérdate de lo que siempre dicen en los aviones: “Póngase la máscara de oxígeno primero y después ayude a los demás.”

Qué pautas de nutrición general debo seguir después de la cirugía bariátrica?

 Qué pautas de nutrición general debo seguir después de la cirugía bariátrica?

Tome sus vitaminas y suplementos minerales todos los días según las indicaciones. Después de la cirugía, su cuerpo no puede absorber las suficientes vitaminas y minerales de los alimentos que usted consume. Hasta 6 meses después de la cirugía se pueden recomendar suplementos masticables o líquidos. Los suplementos que necesita dependen del tipo de cirugía bariátrica a la que se sometió. Su médico le dirá qué suplementos necesita y cómo debe tomarlos. Posiblemente deba tomar suplementos por el resto de su vida.
Tome líquidos como se le haya indicado. Esto le ayudará a evitar la deshidratación. Es conveniente tomar 1 taza de líquido poco a poco durante una hora para ingerir suficientes líquidos. No tome líquidos dentro de los 30 minutos previos a su próxima comida. No tome bebidas carbonatadas (gaseosas), o que tengan cafeína o alcohol. Pregúntele a su dietista o médico cuándo puede tomar esas bebidas de nuevo.
Coma en horarios programados. Esto le ayudará a evitar comer durante todo el día y comer más de debido. Coma despacio y mastique muy bien los alimentos. Tómese por lo menos 20 minutos hasta terminar su comida.
Evite los alimentos altos en grasa y los dulces. Los dulces incluyen:azúcar, miel, mermelada, jalea, tortas, caramelos y galletas. Los alimentos altos en grasa son:los alimentos fritos, el tocino, el salchichón o carnes con alto contenido de grasa. También incluye la mantequilla, margarina, mayonesa regular y crema semi-agria. Otros alimentos altos en grasa y dulce incluyen la leche, el helado, las tortas, galletas y postres. Estos alimentos pueden causar síndrome de vaciamiento rápido. Los dulces y los alimentos altos en grasa también son bajos en nutrientes y altos en calorías. Le pueden hacer recuperar el peso que ha perdido.
Concurra a las visitas de seguimiento con el dietista, según lo indicado. Su dietista puede ayudarlo a seguir las pautas de nutrición después de la cirugía. Su dietista también puede ayudarlo a elegir alimentos saludables para mantener su peso a lo largo del tiempo.

Hipertensión: dieta sana, ejercicio… y control de la ira

Hipertensión: dieta sana, ejercicio… y control de la ira

Todos conocemos los remedios que podemos poner en marcha para prevenir y controlar el aumento de la presión arterial: dieta sana, ejercicio, controlar el peso, disminuir el consumo de sal y reducir o evitar el consumo de alcohol y tabaco.

Sin embargo, desde el punto de vista psicológico y emocional, varios estudios alertan sobre la importancia que el manejo de nuestras emociones tiene para el curso de esta enfermedad. También hemos oído hablar de cómo el estrés tiene un enorme impacto en los picos de hipertensión, ya sea por un estrés elevado que aparece de forma abrupta, como por un estrés moderado, pero mantenido en el tiempo.

En 90-95% de los casos, se desconoce el origen de las elevaciones crónicas de la presión arterial (PA). Es la denominada hipertensión arterial esencial (HTA-E) y existen datos que señalan que los factores psicosociales (p. ej., hábitos de salud, estrés, emociones negativas), además de ciertos factores biomédicos clásicos (p. ej., obesidad, diabetes, niveles de colesterol, triglicéridos y glucosa) tienen un papel importante a la hora de explicar su desarrollo y mantenimiento.

Algunos estudios señalan factores de riesgo psicológicos para la HTA-E como la ira (entendida esta como un rasgo, el modo en que esta es expresada y controlada), la ansiedad, la depresión y el estrés percibido. Recientemente, se ha publicado un estudio realizado en España por el equipo de Magán de la universidad Complutense de Madrid, en el que se comparó un grupo de 57 adultos con HTA-E mantenida con un grupo de 37 adultos con normotensión en los factores psicológicos de riesgo mencionados. Los resultados sugieren que las personas con HTA-E, en comparación a las normotensas, muestran niveles significativamente más elevados de ansiedad, pensamientos de afrontamiento de ira-hostilidad así como una tendencia a una presentar con mayor frecuencia pensamientos hostiles y agresivos durante sus episodios de enfado. Sin embargo, los resultados de este estudio no confirmaron las hipótesis de que las personas con HTA-E, frente a los individuos normotensos, presentan un nivel más alto de ira rasgo o un estilo de expresión y control de la ira más inadecuados, tanto si se manifiesta de forma externa como si se inhibe su expresión. Tampoco se confirmaron las hipótesis de que las personas con HTA-E, frente a los individuos normotensos, presentan un nivel más alto de depresión o de estrés percibido.

Por lo tanto, parece que al afinar un poco más, entendemos que, no es que las personas con hipertensión sufran más estrés que las normotensas, sino que probablemente todos estamos expuestos al estrés en la misma medida. Esto a su vez no niega el impacto que el estrés tiene en el aumento de la PA. Sin embrago, si parece que en las personas con hipertensión, existen mayores niveles de ansiedad y pensamientos hostiles/agresivos durante los episodios de enfado. Este hallazgo alerta sobre importancia de prestar atención a estos aspectos como parte de un estilo de vida más saludable, que sin duda contribuirá a combatir y controlar la hipertensión.