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Qué es una vida saludable?

Qué es una vida saludable?

Llevar una vida saludable implica vivir en armonía, es decir, mantener la mejor calidad de vida que podamos conseguir. Para ello es importante prestar atención a varios aspectos:

Comer bien, de manera equilibrada
Hacer ejercicio de manera habitual
Mantener un peso saludable (consultando el IMC y al médico)
Evitar el consumo excesivo de sustancias como el alcohol
Evitar fumar
Acudir de manera regular al médico
Cuidar los dientes
Mantener una saludable presión arterial
Cuidar nuestra salud emocional
Seguir las normas de seguridad
Dormir bien (los adultos deben dormir alrededor de 8 horas por día y los niños entre 10 y 12 horas dependiendo su edad)

Ten en cuenta que como padre es tu obligación dar el ejemplo a tus hijos. Recuerda que eres el espejo en el que ellos se miran: si tú tienes hábitos saludables, ellos los copiarán. Es decir que, cuidándote, ¡los cuidas a ellos!

Alimentarse después de la cirugía bariátrica

Si usted se ha sometido a una operación de obesidad o está pensando en hacerlo, debe saber que debe adaptar su alimentación después de la cirugía bariátrica. Esto no quiere decir que deba ponerse «a dieta» tras la cirugía bariátrica, pero sí que debe modificar su forma de comer y cambiar sus hábitos alimenticios, para que su aparato digestivo se adapte poco a poco a la nueva situación. Después de una cirugía bariátrica, el “nuevo estómago”, es más pequeño; puede estar limitado por una banda gástrica, y asociado o no a una malabsorción (por ejemplo en función de si se ha intervenido de Bypass gástrico o Tubo o Manga Gástrica (Sleeve).

1. Realice 5 ingestas al día:
Además de hacer las ingestas principales del día (comida y cena), no debe olvidar desayunar, almorzar y merendar. Es común en pacientes operados de cirugía bariátrica, que no se ingiera la suficiente cantidad de alimentos durante el día (sobre todo en los primeros 6 meses después de la operación), puede hacer un segundo almuerzo o una segunda merienda para cubrir la energía y los nutrientes necesarios.

2. Tome líquidos fuera de las comidas:
Si bebe al mismo tiempo que ingiere comida, el estómago se llenará antes y se saciará demasiado pronto. Esto no le interesa ya que no comería todo el alimento que necesitara y podría conllevarle a tener deficiencias nutricionales.

Agua
Debe beber ENTRE comidas y NO DURANTE. Un consejo es que lleve siempre una botellita tras los primeros meses de la cirugía bariátrica, si no la tolera puede mezclarla con infusiones no estimulantes (poleo, manzanilla…), y además hidratarse con otro tipo de líquidos (bebidas isotónicas, zumos no azucarados, caldos desgrasados, infusiones…). Debe evitar las bebidas muy estimulantes (café, bebidas con guaraná), carbonatadas o alcohólicas.

3. No se acueste hasta 2 horas mínimo, de haber comido o cenado:
El paciente operado de cirugía bariátrica, no debe acostarse hasta las dos horas de haber comido para evitar que la regurgitación (que la comida suba desde el estómago hacia la boca). Recién comidos sí que podemos RECOSTARNOS en un sillón, pero no acostarnos completamente.

4. Si algún alimento le sienta mal, piense en:
Qué alimentos ha comido: comprobar estado, dureza y madurez del alimento, identificar si son ricos en fibra o grasa… es mejor tomar pan tostado que no de molde o de barra.
Cantidad de alimento consumida: las cantidades a ingerir no son las mismas una vez operado, se recomienda usar platos y cubiertos de postre para aprender a controlar las cantidades, además los cubiertos de postre nos ayudarán a comer despacio.
Cómo lo ha cocinado: tras una operación obesidad suelen sentar mal los alimentos secos (pollo a la plancha) o con salsas grasas, así como los precocinados. Hay que acompañar las carnes secas de una salsa ligera o cocinarlas en guisados no grasos. Hay que evitar las comidas copiosas y muy condimentadas con especias fuertes como la pimienta o la guindilla. La cocina ha de ser ligera usando microondas, horno y evitando fritos o rebozados.
Cómo lo ha masticado: si las prisas han hecho que mastiquemos mal el alimento o traguemos con aire.
Condiciones en las que he comido: mientras hacía otras tareas, mal sentado o de pie, en un ambiente con estrés.
Si no llega a identificar por qué nos ha sentado mal el alimento hay que evitar consumirlo hasta consultarlo con profesionales especializados en cirugía bariátrica.

Los buenos hábitos psicológicos

Los buenos hábitos psicológicos

1. Mantener activo el cerebro
Cuanto más tiempo pase nuestro cerebro inactivo más nos costará arrancar. Para evitar esto es fundamental que en nuestro día a día incorporemos actividades que demanden un poco de esfuerzo mental, por muy mínimo que sea. Aunque estemos de vacaciones o disfrutemos de la jubilación es muy importante evitar que el cerebro pare porque, de hacerlo, en el momento en que tengamos que volver a trabajar o que queramos disfrutar de algo mínimamente intelectual nos va a resultar una auténtica odisea.

2. Plantearse metas y organizarse
Un hábito psicológicamente saludable que todos deberíamos incorporar es plantearnos metas a corto, medio y largo plazo. En el caso de los trabajadores y los estudiantes esto es especialmente importante porque, al estructurarnos nuestra rutina laboral y de estudio, siempre y cuando la cumplamos alcanzando las pequeñas metas que conforman el gran objetivo que nos hayamos planteado, evitaremos situaciones como, por ejemplo, tener que estar trabajando intensamente en el último momento.

3. Dormir suficiente
Dormir lo necesario es un factor de protección y fomento de la salud psicológica. Hay personas que necesitan dormir más que otras, pero por lo general la mayoría necesitamos dormir entre 6 y 8 horas. Dormir demasiado poco nos hace sentirnos cansandos mentalmente, poniéndonos de mal humor porque no somos capaces de hacer nuestros quehaceres diarios adecuadamente, mientras que dormir de más hace que nos cueste concentrarnos y estemos todo el día “empanados”. Hay que saber encontrar su justo equilibrio para disfrutar de una salud psicológica ideal.

4. Tener una dieta saludable
No podemos tener una buena salud mental si nos alimentamos mal. El cerebro necesita una dieta variada y balanceada para poder funcionar tanto en lo cognitivo como en lo emocional, por este motivo no podemos olvidarnos de la nutrición. Se deben incorporar alimentos de todos los grupos alimenticios, como verduras, frutas, pescados, carnes, cereales, legumbres y lácteos. También es importante controlar las porciones y asegurarse de que la dieta incorpora un 50% de carbohidratos, un 30% de grasas y un 20% de proteínas.
Entre los nutrientes que hacen que nuestro cerebro funcione mejor tenemos el omega 3 y 6, las vitaminas del grupo B (B6 y B12), el ácido fólico, el triptófano, el hierro, el calcio y el magnesio. Todos estos nutrientes se encuentran en alimentos naturales, no procesados, y prácticamente cualquier estilo de vida en el que se incorpore la dieta mediterránea tiene satisfecha la demanda de estas sustancias.
El triptófano merece especial atención puesto que es el precursor de la serotonina y la melatonina, neurotransmisores que están directamente relacionados con el estado anímico y el ciclo del sueño. Entre los alimentos que poseen triptófano encontramos las carnes magras, la yema de huevo, los lácteos, frutas como los plátanos y la piña, cereales integrales, chocolate negro y legumbres.

5. Mantenerse físicamente activo
Es un clásico lo de “mente sana en cuerpo sano”. Hacer ejercicio no únicamente nos pone en forma física, sino también mental, contribuyendo a que poseamos unas capacidades cognitivas adecuadas y un buen estado anímico. En otras palabras, la práctica de deporte regular contribuye a que tengamos buena memoria, atención, estemos protegidos de la depresión y otros trastornos mentales, además de mantenernos emocionalmente bien y ser menos susceptibles a los cambios de humor.

Lo ideal es practicar entre 3 y 4 veces a la semana algún deporte, aunque algo tan simple como es caminar unos 30 minutos al día basta para que, a la larga, nuestro estado psicológico se vea beneficiado. Cabe decir que la práctica de ejercicio más o menos intenso contribuye a que segreguemos endorfinas, las cuales nos inducen a entrar en un estado de bienestar y placer, algo que desde luego nos mantendrá de buen humor y nos hará ver la vida de una forma más positiva.

6. Desconectar un rato
En una sociedad en la que se nos pide estar conectados en todo momento pareciera que desconectar diariamente, aunque sea solo un ratito, es un imposible. Sin embargo, esto no únicamente es algo que sí es posible sino que, además, es una necesidad.
Para poder destensarnos y evitar que nuestro cerebro colapse es muy importante reservarse un momento al día, por muy breve que sea, para dejar a nuestra mente descansando, sin agobios.
Esto lo podemos hacer de muchas formas, todas las que se nos puedan venir a la cabeza. Ya sea tumbándonos en la cama escuchando música, viendo nuestro programa de televisión favorito, dándonos un baño de espuma o meditando podemos desconectar del estrés de ahí fuera, ya sea provocado por nuestra familia o por el trabajo. La mente necesita un poco de descanso sino no se puede trabajar ni rendir adecuadamente.

La cirugía bariátrica es más efectiva que la dieta contra la diabetes 2

La cirugía bariátrica es más efectiva que la dieta contra la diabetes 2

Un estudio explica por qué funciona mejor la cirugía bariátrica
Nadie quiere oír hablar del sobrepeso, y no es para menos: se trata de una condición que afecta el funcionamiento de todo el organismo y es un factor que agrava otras enfermedades como la diabetes tipo 2. Por esa razón, miles de diabéticos se esfuerzan a diario por controlar su peso de distintas formas, desde la dieta hasta métodos más extremos como la cirugía bariátrica (como el bypass gástrico). Pero resulta que esta última se ha destacado como una arma mucho más efectiva en la lucha por controlar los niveles elevados de glucosa (el azúcar alta) en la sangre que solamente controlando la dieta. ¿Quieres saber por qué?
Los especialistas ya sabían que la cirugía bariátrica (que deriva su nombre de la palabra baros, que significa peso, y que consiste en reducir la capacidad del estómago y de la absorción de los alimentos), resulta mucho más rápida y efectiva que la dieta a la hora de bajar los niveles de la glucosa (el azúcar en la sangre) en los pacientes con diabetes tipo 2 que tratan de controlar su enfermedad. Sin embargo, desconocían la razón de ese mejor desempeño.
Un estudio realizado por unos investigadores en Estados Unidos aclara el misterio: la diferencia la determina un tipo de aminoácidos, como se explica en la revista Science Traslational Medicine.
El equipo de investigadores siguió a 21 pacientes con un exceso de sobrepeso (un índice de masa corporal superior a 35, teniendo en cuenta que el peso “normal” o saludable varía entre un índice de masa corporal de entre18 y 24), que padecían diabetes tipo 2 y que estaban bajo tratamiento con medicamentos. La mitad de los pacientes siguió una dieta para perder peso, mientras que a la otra mitad se le practicó una cirugía bariátrica de bypass gástrico (de derivación o puenteo) para reducir el tamaño de su estómago y su capacidad de absorción de calorías.
Todos los participantes lograron adelgazar alrededor de 25 libras, aunque la respuesta metabólica fue mejor entre los individuos que se habían sometido a la cirugía de bypass gástrico.
Al comprobar los datos obtenidos, los investigadores observaron una diferencia notable entre ambos grupos. Las personas que se habían sometido al bypass gástrico tenían niveles mucho más bajos de varios tipos de aminoácidos y otros compuestos orgánicos —aminoácidos de cadena ramificada, fenilanina y tirosina— que los pacientes que habían hecho dieta. De hecho, estas sustancias apenas se habían modificado en los participantes que habían llevado a cabo un régimen alimenticio.
Varios estudios previos ya habían apuntado hacia la relación entre los niveles de aminoácidos circulantes con una mayor predisposición a padecer obesidad, diabetes y resistencia a la insulina. Los investigadores de este estudio estiman que sus resultados comprueban de que los cambios metabólicos que se producen después de la cirugía bariátrica se deben a “mecanismos distintos que van más allá que la simple pérdida de peso”.
“Nuestro siguiente paso será determinar cuáles procesos están involucrados en esos cambios metabólicos para poder comprender de qué manera la cirugía bariátrica está relacionada con cambios hormonales”, señalaron los investigadores en el artículo publicado en la revista médica. Aunque reconocen que sus resultados aún son preliminares, estiman que los resultados pueden abrir la puerta a nuevas formas de tratar la diabetes. En Vida y Salud, como siempre, estaremos pendientes para tenerte al día.