Suplementación vitamínica después de un by pass gástrico

 Suplementación vitamínica después de un by pass gástrico

La cirugía bariátrica tiene múltiples ventajas para la salud, tanto por la pérdida de peso como por la mejoría o curación de las enfermedades asociadas. Esto se debe a un cambio fundamental en la anatomía intestinal, pero también en las hormonas intestinales, y en las que regulan el metabolismo de las grasas y de la glucosa, y también de las bacterias intestinales. La suplementación no se entiende como una molestia, sino como una ayuda.

A todo esto se debe sumar un cambio en la conducta, en el hábito dietético y de actividad física del paciente. Es decir, en su estilo de vida.

La cirugía puede causar deficiencias nutricionales, especialmente durante los primeros meses, donde se produce una importante perdida de peso, y para prevenir deficiencias el paciente debe de tomar suplementos vitamínicos.

Dependiendo del tipo de procedimiento que se realiza la necesidad de dicha suplementación será diferente:

En las cirugías restrictivas (basadas exclusivamente en la reducción del tamaño del estómago) Tubo o Manga gástrica o la Plicatura gástrica, las vitaminas sólo son necesarias durante el periodo de la perdida de peso, pero no de por vida.


En las cirugías mixtas (reducción del tamaño del estómago y bypass intestinal) y malabsortivas, el paciente debe de tomar ciertas vitaminas a largo plazo. Aun así, cada paciente tendrá una suplementación personalizada, debido a que cuando mejor sean sus hábitos dietéticos (variedad, calidad y métodos de cocinado saludables), menor suplementación necesita el paciente, aun estando operado de una cirugía mixta.

¿Es perjudicial la suplementación?
Siempre nos gusta decir a nuestros pacientes, que los suplementos vitamínicos no son una medicación, y no causan daño a ningún órgano, pero que sin embargo, la obesidad sí que causa daño a lo muchos órganos.

Además, durante los primeros meses postoperatorios, los pacientes deben de tomar un tratamiento antiácido (Monolitum), con el fin de proteger tanto el estómago como el esófago, de posibles “pequeños excesos”, tan frecuentes los primeros meses, debido a que a los pacientes les cuesta un tiempo acostumbrarse a su nueva capacidad gástrica.


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