Por qué los menús rápidos aportan tanta grasa?

Por qué los menús rápidos aportan tanta grasa?

Saber cuántas calorías y la cantidad de grasa y sal que contienen las comidas rápidas puede ayudarnos a decidir mejores opciones para comer.

La grasa además de ser un nutriente imprescindible aporta jugosidad a las comidas. De toda la grasa, la mayor parte es saturada e hidrogenada, y es esta última la que resulta más perjudicial para la salud, pero eso sí, es la responsable de que el plato sea aparentemente tan sabroso.

Los ingredientes que con mayor frecuencia componen los menús de comida rápida y que indudablemente aumentan las grasas, los azúcares y las calorías del menú son:

Carne: La carne de las hamburguesas puede que sea 100% de vacuno y se cocine a la parrilla, sin embargo, las hamburguesas comerciales añaden más cantidad de grasa al preparar la mezcla de la carne picada. Además está la posibilidad de incluir dentro de cada pan, dos o incluso tres hamburguesas que es lo que se conoce como dobles y triples, de manera que el contenido graso sigue aumentando.

Salsas: A las tiras de lechuga y a las ruedas de pepinillo de las hamburguesas les suelen acompañar salsas, unas más grasas como la mayonesa y la mostaza, y otras más dulces como la barbacoa. Todas ellas con un importante índice calórico.

Queso: Las lonchas de queso que se incluyen en las hamburguesas son por lo general quesos extragrasos que aumentan todavía más el contenido calórico.

Pan: El pan de hamburguesa donde habitualmente se presentan estos alimentos también tiene un contenido en grasa más elevado respecto al pan normal, con el fin de que resulte más esponjoso.

Papas fritas: La opción de papas fritas es la más habitual que acompaña a la hamburguesa y hay paquetes de diferentes tamaños desde el más pequeño (75 gramos) hasta el gigante (165 gramos). La porción más grande aporta nada más y nada menos que alrededor de 450 calorías y más de 20 gramos de grasa.

Gaseosas o refrescos: Los refrescos son una de las bebidas más frecuentes para este tipo de comida y aunque no aportan nada de grasa, todas sus calorías son en forma de azúcares simples. Para no sumar calorías es recomendable elegir la versión light y más saludable, sustituirlas por agua. Por ejemplo, una lata de refresco (330 ml) aporta 120 calorías, frente a las casi cero calorías de su versión light.
Una opción, pero solo ocasional:
No hay duda de que el contenido nutricional de estos menús se muestra muy lejano de lo que se considera equilibrado y saludable. No obstante, si estos productos se consumen de forma ocasional -1 ó 2 veces al mes- no altera necesariamente el patrón alimentario, siempre y cuando éste sea equilibrado.

Educar a los jóvenes en alimentación

Es importante que los jóvenes conozcan el contenido nutritivo de las comidas rápidas. Y que conozcan también las consecuencias que pueden tener para la salud si se consumen con mucha frecuencia. Los adolescentes quieren estar guapos, quieren estar sanos y quieren sentirse bien consigo mismos. Las prohibiciones no es lenguaje que mejor entienden, y en cambio, con una información respetuosa y real, es probable que ellos por sí solos moderen su consumo o incluso aprendan a combinar mejor sus menús cuando acuden a estos establecimientos. Así por ejemplo optarán por elegir raciones pequeñas, sustituir las patatas por ensalada y acompañarlas de refrescos light.

Fast food: festin de calorias
Los alimentos fast food son muy energéticos, hiperproteicos y ricos en grasas saturadas. Aportan pocas vitaminas y minerales pero mucha sal.

También hay que desconfiar de los platos o alimentos de preparación rápida que se compran semielaborados o congelados, ya que muchas veces la técnica de elaboración e ingredientes no quedan muy claros en la etiqueta.

Las hamburguesas

El plato estrella de la fast food, la hamburguesa, es una auténtica bomba de grasas y calorías. Pero tampoco hay que olvidarse de perritos, patatas fritas, cremas de helado, tartas, pizzas, sándwiches y todo tipo de salsas. Además, ¿quién no se come una hamburguesa o una pizza sin una lata de refresco?

El aceite y grasas con las que se cocina en estos establecimientos no son ni mucho menos aceite de oliva, los rebozados son de todo menos pan y huevo y las salsas tienen muchos azúcares, grasas y aditivos.


¿Cuántas calorías tiene un menú rápido?

- hamburguesa: 600 calorías
- patatas fritas medianas: 353 calorías
- refresco de cola mediano: 145 calorías

Total: 1098 calorías

Si tenemos en cuenta que una mujer necesita entre 1.600 y 2.000 calorías diarias, este menú te está aportando en una sola comida la mitad o más de tus necesidades energéticas diarias.

Cámbialo por:

- 1 filete de ternera a la plancha: 150 calorías aprox.
- 1 ensalada de tomate y lechuga: 35 calorías aprox.
- 1 vaso de agua: 0 calorías
- 1 yogur desnatado: 45 calorías
- o 1 plátano o banana: 80 calorías aprox.

Total: 230 calorías o 265 calorías

La diferencia es abismal. Incluso si le añades una ración de pan, unas verduras o una sopa a este menú, sigues estando muy lejos de las más de 1.000 calorías del menú fast food.


El pan

El pan, la pasta, el arroz, las legumbres, o sea, los hidratos de carbono, deben formar parte de nuestra alimentación. Su fama de que engordan mucho ha hecho que algunas personas los excluyan prácticamente de la dieta, cuando son alimentos esenciales que aportan energía a nuestro organismo, nos sacian y no tienen por qué engordarnos.
Es suficiente con moderar la cantidad y prepararlos de forma ligera, ya que a menudo ese elevado número de calorías que tememos los aportan más las salsas o ingredientes que los acompañan que estos alimentos en sí.

Controla las salsas y condimentos

Aunque el aceite de oliva es uno de los alimentos más sanos y recomendables que existen, tampoco hay que olvidar su alto valor calórico. Mucha gente piensa que el aceite de oliva crudo no engorda, cuando el aceite de oliva tanto crudo como sometido a fritura, al igual que cualquier otro tipo de grasa, nos aporta 9 calorías por gramo. Sin embargo, se recomienda su consumo en cantidad moderada por su efecto protector cardiovascular. Mejor si es aceite de oliva virgen, porque da más sabor y aumenta su volumen al calentarlo, lo que nos permitirá utilizar menos cantidad.

Respecto a las salsas, todos sabemos la tentación que supone mojarlas con un trocito de pan, y luego otro, y otro… Según la nutricionista, “el valor calórico de las salsas es muy elevado debido principalmente a su contenido en grasa”.
Por ello, evita cocinar los alimentos con salsas hechas con queso fundido, nata, mantequilla, patés… Y, sobre todo, olvídate de los botes de ketchup, salsa barbacoa u otras variantes: son tan dulces y contienen tantos azúcares como un helado de crema.


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