La alimentación en personas sometidas a cirugía del estómago para bajar de peso implica tener mucha disciplina.
Bajar de peso no es tan sencillo para algunas personas obesas. Muchas se someten a dietas y ejercicios y son pocas las que logran reducir unas cuantas libras de grasa acumulada.
Es importante que antes de someterse a la intervención estén convencidos de que es la mejor opción para mejorar su calidad de vida. “Pero si no lo está, mejor no se opere”.
Es fundamental que el paciente sea evaluado por un equipo multidisciplinario, para determinar si cumple o no con los criterios necesarios para que le sea realizada esta cirugía.
Estar dispuesto al cambio en los hábitos alimentarios y en el estilo de vida para reducir y mantener el peso y el porcentaje. De lo contrario el riesgo de fracaso aumenta.
El éxito de la cirugía bariátrica también depende de la disciplina que mantenga el paciente con su tratamiento y, sobre todo, darle seguimiento mediante su equipo médico: cirujano, nutricionista y psicólogo.
“Los cambios nutricionales al disminuir su sobrepeso pueden tener una adaptación compleja al inicio, pero luego son de muy fácil control y su vida cambiará positivamente. Generalmente, pierde el 80% de su sobrepeso, no de su peso total, en 10 a 12 meses”.
Cirugía agresiva, pero necesaria
La cirugía bariátrica, permite reducir el tamaño de la cámara gástrica (manga gástrica) o modificar parcialmente el tránsito y absorción de los alimentos que se ingieren (by pass gástrico)
Su ventaja es que propicia una pérdida de peso inicial de forma significativa, pero debe pasar a ser de manera definitiva, si el paciente cambia sus hábitos alimentarios de forma permanente.
Pero su desventaja está en cuando el paciente cree que la cirugía sola es suficiente para reducir el peso de forma permanente, sin cambiar los hábitos alimentarios y de vida a largo plazo.
Se trata de una medida agresiva (por ser quirúrgica) para reducir de peso, pero necesaria, en algunos casos, que debe ser utilizada después de haber intentado realizar cambio de hábitos alimentarios mediante dietas dirigidas y haber fracasado con ellas.
Egas explica que después de la cirugía bariátrica algunos pacientes pueden sufrir caída del cabello, cansancio, anemia o hinchazón, porque se realiza la resección de una parte funcional del cuerpo (estómago o intestino), y el cuerpo como sistema requiere cicatrizar y adaptarse al cambio. Y se producen deficiencias de minerales como el hierro y el calcio.
El esquema de realimentación maneja restricciones temporales. Estamos hablando de necesidades para cicatrización y otras para adaptación. Es necesario el acompañamiento nutricional y la suplementación con proteínas, vitaminas y minerales.
Como la capacidad gástrica ha sido reducida, los pacientes requieren realizar de 5 o 6 comidas al día que deben ser de buena calidad, compuestas por todos los grupos de alimentos, ricas en vitaminas, minerales, proteínas, carbohidratos y grasas de origen vegetal.
Uno de los errores más comunes que comete el paciente bariátrico es consumir bebidas abundantes junto con las comidas sólidas. Esto es un problema porque las bebidas ocuparán un espacio que reducirá la capacidad para la ingesta de los demás alimentos. Por esto en algunas ocasiones los pacientes vomitan después de comer.
Por lo tanto, la persona que se somete a la cirugía deberá tener pleno conocimiento de esta situación para prevenir eventos como estos. En caso de no adaptarse ya conociendo su situación nueva, es aconsejable apoyo psicológico.
El paciente bariátrico es alguien delicado porque ha sido intervenido quirúrgicamente.Como inicia un cambio en sus hábitos de alimentación y vida requiere de un proceso de intervención educativa durante el tiempo en que se realiza la modificación del “comportamiento alimentario”.
La operación no es mágica
El éxito o fracaso de esta depende de los pacientes también, si hacen un buen control posoperatorio y un buen seguimiento nutricional con un médico nutricionista el éxito es seguro.