En el caso de personas obesas, una rutina debe incluir ejercicio tanto de tipo aeróbico como de trabajo de fuerza. De inicio, la recomendación serían rutinas de 30-60 minutos diarios de ejercicio de tipo aeróbico (caminar, bicicleta, elíptica o nadar). Hay que ir con cuidado con aquellas actividades en las que hay impacto como puede ser correr ya que las articulaciones van a recibir un exceso de carga que puede perjudicarlas en exceso. Es más adecuado andar a un ritmo alto que correr, ya que se estará realizando un consumo calórico que, según algunos estudios, es parecido a la carrera pero con menor riesgo. Si no se es capaz de conseguir mantener sesiones de 30-60 éstas se pueden dividir en fracciones de 10 minutos inicialmente para ir aumentando de manera progresiva.
Además de este tipo de ejercicios se recomienda añadir en la rutina trabajo de fuerza. Los ejercicios se pueden hacer tanto en casa como en el gimnasio, pues se trata tonificar los grandes grupos musculares. Dos o tres sesiones a la semana en las que se trabajen 8-10 repeticiones, siempre conociendo cuáles son las posiciones y técnicas adecuadas para no sufrir lesiones. De esta forma, no sólo se mejora el tono y la fuerza muscular, sino que se puede aumentar también el metabolismo basal.
Todo ello debe ir siempre acompañado de una dieta adecuada y adaptada a las necesidades individuales.